¿Por qué la saga de 'Crepúsculo' despierta tantas pasiones?


Esta historia tan vieja como el mundo: chica conoce a chico malo, que en el fondo es bueno, ¿qué ingredientes 'extra' aporta la saga de Crepúsculo para triunfar como lo está haciendo? Puede ser que de una manera amena, y con una historia de amor de fondo (un amor eterno e incondicional), se desarrolla una aventura plagada de fantasía, con protagonistas de lo más atípicos como vampiros y hombres lobo, con una humana como nexo común: Bella.
BELLA
Protagonista de la historia, ella lleva la narración de la novela. ¿Y por qué ella? Pues porque está cargada de defectos: es cabezota, no hace amigos con facilidad, es en extremo torpe, no es guapa (al menos es lo que ella cree), es callada y egoísta, no le gustan las sorpresas, ni que le hagan regalos, ni tiene ninguna ambición de futuro (no quiere ser médico, ni astronauta?). Su mayor obsesión es pasar desapercibida.
Sus imperfecciones son un gancho perfecto, le hacen más cercana al público. Su fragilidad y sus obsesiones son fácilmente comprensibles, y hacen que el lector tenga una participación más activa, sobretodo en sus equivocaciones: "¡No, no hagas eso! ¿Qué haces? ¡Pero que cabezota!" y demás improperios que pueden pasarse por la mente del lector.
Aunque también posee grandes virtudes, su cabezonería le lleva a tener objetivos muy claros, inamovibles: amor incondicional más allá de todo, valor (y no porque no tenga miedo sino porque se enfrenta a él) y un extraño don por el que nadie puede leerle los pensamientos.
EDWARD VS JACOB
Son los dos protagonistas y antagonistas. Edward es el amor de Bella. Y Jacob, su mejor amigo, confidente y enamorado eterno. Dos personajes atípicos vinculados por su pasión por la humana.
Edward representa al perfecto adolescente: guapísimo, educado, cortés, simpático... y a la vez, distante, comedido y reservado.
Sin embargo, Edward es vampiro: un papel que de pasar a ser el malo de la película, consigue dignificarlo y convertirlo en un héroe. Representa los valores del amor incondicional, la serenidad y la lealtad absoluta.
Y, sobre todo, es el amor eterno: el que nunca fallará a su amada, el que la defenderá a ultranza y que llegará incluso a sacrificar su felicidad por el bienestar de Bella. Un perfecto caballero.
Por otra parte, el antagonista de Edward, su eterno rival, será Jacob, un hombre lobo enfrentado ya desde sus ancestros con los vampiros.
Jacob representa en la vida de Bella la amistad verdadera, el amigo incondicional, el amante que nunca logrará ser amado. Es sincero, directo, apasionado y perspicaz. No le importa las formas, sino el fondo y eso a Bella, la engancha, tanto como para no dejarle escapar de su vida tan pronto.
Un triángulo amoroso que engancha
Entre Bella, Edward y Jacob darán vida a un saga compuesta ya de cuatro volúmenes que deja boquiabiertos no sólo a los lectores más adolescentes, sino a un público ya bien entrado en la treintena.
Es la historia donde los héroes no son tan buenos ni los villanos tan exageradamente malos, combinado con una dosis de afectos y viviencias muy intensas.
Lo mejor: La idea está hilvanada desde el primer libro al último, cada libro acaba con la historia pero guarda un subtrama que es retomada en el siguiente, dando continuidad a la narración de la tetralogía. Su apariencia simple esconde bajo una segunda lectura diferentes anhelos que están muy presentes en las mentalidades adolescentes. Entre ellos ser aceptado aunque uno sea un 'bicho raro', enamorarse, salir de la rutina...
Lo peor: Aunque su historia es muy entretenida en ocasiones puede ser demasiado repetitiva incluso algo ñoña. Se trata de un libro dirigido a un público adolescente con un lenguaje muy fresco y cercano sin caer en una literatura muy lograda.

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