La frontera y la pena de muerte podrían ser el eje central de la próxima película del escritor y cineasta mexicano Guillermo Arriaga, presente en Roma para el estreno comercial de su ópera prima The Burning Plain.
En entrevista, Arriaga reconoció que aún no trabaja en su próximo largometraje, aunque dijo tener "dos ideas" sobre las cuales podría basarse el argumento central de lo que sería parte de una trilogía iniciada con la propuesta fílmica que ahora proyecta aquí.
"Tengo dos ideas para la próxima película, una de ellas tiene que ver con la pena de muerte", señaló.
Recibida de manera positiva en la Mostra de Cine de Venecia de septiembre pasado, The Burning Plain se estrenó en Italia antes que en otros países europeos o en Estados Unidos y México, para aprovechar el impulso que ese festival le dio, confirmó el cineasta.
Cansado, pero satisfecho y sin tiempo para "turistear" por la "Ciudad Eterna", Arriaga dijo que le gustaría volver a trabajar con los actores de su ópera prima, entre ellos Charlize Theron, Jeniffer Lawrence, José María Yazpik y Joaquim de Almeida.
Pero reconoció que también le gustaría dirigir a Javier Bardem, Brad Pitt o Penélope Cruz. Entre los mexicanos, Arriaga dijo tener un "gran respeto" por los hermanos Bichir (Bruno, Demián y Odiseo), a quienes consideró "sumamente talentosos".
"Hay actores cuya presencia física me gusta, como Eduardo Yáñez. También tuve el privilegio de trabajar con Irene Azuela, me parece una gran actriz, Camila Sodi también. Trabajar con Chema Yaspik fue un privilegio; por suerte he podido trabajar con Vanessa Bauche, Ceci Suárez y Nacho Guadalupe", añadió.
El cineasta consideró que Theron, la protagonista de The Burning Plain, "es una mujer brillante, talentosa, muy simpática, muy agradable, una mujer especial" y que fue gracias al equipo con el que rodó que su primera experiencia como director "fue un privilegio".
"Mi trabajo como director más que cambiar mi perspectiva, me reconfirma la importancia del mundo creado por los escritores. Me he percatado de que el escribir implica crear un mundo que no existe y dirigir significa recrear ese mundo", señaló.
Arriaga insistió en que se trató de un trabajo de colaboración profunda. "Me siento muy orgulloso de haber tenido a la gente que me rodeó: a Charlize Theron frente a la cámara, a Robert Elswit y Craig Wood detrás de cámara, a (los actores) Joaquim (de Almeida), Taylor Warden".
El guionista de Amores Perros y 21 Gramos señaló que ya no mantiene ningún contacto con su ex socio artístico Alejandro González Iñárritu y precisó que "todo lo que escribo tiene algo personal que he vivido de cerca o que he visto que alguien lo ha vivido".
Y pese a las ofertas para irse a vivir a Hollywood, Inglaterra o España, Arriaga aseguró que por ahora reside en México. Respecto al presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, señaló que "abre muchas esperanzas y es una figura icónica que ojalá que esté a la altura de las expectativas.
"Estuve en el Festival de Cine de Virginia y viví el ambiente electoral en Estados Unidos; había gente que realmente creía que John McCain era la solución", sostuvo. Arriaga se dijo convencido de que un cineasta debe ser un "seductor", capaz de vender su proyecto, pues no está de acuerdo en recurrir al Estado como financiador de los proyectos cinematográficos.
"En todo caso, el Estado debe incentivar la producción con medidas inteligentes, pero cuando éste se convierte en productor tendemos a caer en la complicidad y en la complacencia. En cambio, cuando un cineasta tiene que ir a tocar varias puertas y convencer sobre su propuesta, se hace más riguroso."
El director confirmó que The Burning Plain se estrenará entre noviembre y enero en otros países europeos, como España y que en abril o mayo llegará a Estados Unidos y México. Dijo que en español su ópera prima podría titularse "Desierto ardiente" o "Planicie en llamas".
"La película costó 18 millones de dólares, pero con las devoluciones de impuestos viene costando 15 millones", informó.
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