por Leopoldo Villarello Cervantes.
La trama de “Río helado” (Frozen River, 2007), abre el entorno de las urbes usuales. Muestra otra frontera de los Estados Unidos. La de Canadá, en las inmediaciones del estado de Nueva York, ubicación de la reservación Mohawk.
La guionista y directora Courtney Hunt ahonda en la ilusión de una mujer por adquirir una casa nueva, prefabricada. Es un sueño americano distante de glorias, viajes o lujos asequibles a un puñado de gente. Una razón para creer en Santa Claus.
Cine realista, descriptivo de la pobreza y aprietos para alcanzar el día de pago. De familias quienes habitan en remolques, o casas trailer. Incursión femenina en el devenir de dos mujeres en el tráfico de inmigrantes, en los motivos que les inducen a caer fuera de la ley, afrontar peligros.
Visión triste y cruda de las angustias de Ray, en personificación estrujante de Melissa Leo, de su correr tras el esposo ausente –nunca asomado-, de los mensajes grabados en el teléfono aguardando su llamada, que nunca llegará, de su decisión de conseguir el dinero a toda costa.
“Río helado” irá fortaleciendo la unión de esas dos mujeres, una mohawk, Lila, la otra blanca, Ray. El ambiente y los territorios, oscuros, fríos, nevados, friccionan la desesperación. En las dos, gravitan los hijos: Ray le insiste al mayor que siga estudiando; a Lila le han quitado el suyo.
Por ello, la secuencia más desgarradora tiene que ver con un bebé, y aunque tratado con algo de humor, a la paranoia gringa a los terroristas, a los “extraños”, a los de países desconocidos, por lo cual Ray tira una bolsa que cargan, donde no sabe viene escondido un bebé. La vuelta por él, agita la aflicción de las dos mujeres, el susto al hallar el cuerpo inmóvil. La directora Hunt añade un diálogo alusivo a “un milagro del creador”, en palabras de Lila.
El humor, negro o sombrío, lo adjunta en la cena para los niños: palomitas y Tang. Y en la estafa del hijo por teléfono para conseguir un regalo navideño a su hermano. La realidad sombría para remontarse a ese otro Estados Unidos oscuro, la pone en las paradas donde se recolectan los inmigrantes, en que siempre hay quienes desean ingresar a ese país, encadenados de por vida por la deuda, y abundan los coyotes, los intermediarios.
“Río helado” admite personajes generosos: un policía; le fructifica el lado soleado a las marcas de las tragedias y el hielo. Abate la desesperanza. Integra una nueva familia. Renueva a las dos mujeres.
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