Mike Leigh dice ser inmune a 'enfermedad Hollywood'

El realizador británico Mike Leigh afirmó en La Habana que no tiene intenciones de ir a Hollywood, en su opinión, una "enfermedad" que sufren los directores de su país, y aseguró que no hará cine sobre el conflicto de Irak.

"¿Por qué diablos debo ir a Hollywood? ¿Por qué los realizadores independientes cubanos que quieran hacer películas cubanas deben ir a Hollywood? ¿Por qué los cineastas independientes europeos deben ir allí?", se preguntó Leigh durante una conferencia de prensa en la que defendió su libertad creativa y un cine comprometido con la vida.

"En mis películas de tiempo en tiempo tengo financiación de Hollywood, pero sólo con la estricta condición de que no interfieran en mi filme", dijo el cineasta, ganador de la Palma de Oro en Cannes por Secretos y Mentiras (1996) y del León de Oro en Venecia por Vera Drake (2004).

El realizador británico calificó de "enfermedad" el interés de los directores ingleses o de habla inglesa por introducirse en la industria estadounidense para "seguir el modelo de Hollywood y crucificarse con él".

Leigh llegó ayer a la isla acompañado de sus hijos para asistir al 30 Festival Internacional de Cine de La Habana, que este año le rinde homenaje y exhibe una retrospectiva con diez de sus cintas.

En la noche del jueves el director recibió una calurosa ovación en el estreno en la isla de su última película, Happy-Go-Lucky, cuya acogida entre los cubanos lo dejó "muy contento".

Leigh comentó a la prensa que, durante esa proyección, la mención de Stalin en uno de los chistes del filme se llevó "la mayor risa" del público cubano, una reacción que no había visto en ningún otro país y que le pareció "muy interesante".

Sobre sus proyectos futuros, declaró que ya está pensando en otra cinta para la que busca financiación y aseguró que no tiene planes de "hacer ninguna película sobre el conflicto de Irak ni ningún otro conflicto".

El cineasta británico recordó con nostalgia los tiempos en que trabajó para la televisión de su país, cuando la "BBC era una organización muy liberal" que daba a los directores "una libertad política seria".

Subrayó que la llegada de la tecnología digital es "una muy buena noticia" que permitirá democratizar el cine, una opinión que según él comparten varias generaciones de realizadores.

Por último, Leigh defendió su visión de un cine que lleve a las pantallas "momentos" y "personajes reales", donde los actores tengan las puertas abiertas a la creatividad y el guión se elabore a medida que se ensaya.