The Equalizer
Dir. Antoine Fuqua
por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro
En algún punto de El Lobo de Wall Street, Jordan Belfort (interpretado por Leonardo DiCaprio) cuenta como su padre se transformaba en un violento hombre, "Mad Max" le apodaba Belfort, si el teléfono sonaba y lo interrumpía mientras veía la televisión. El motivo de su rabieta sería que esa llamada a la que contestaría con un cordial y falso acento inglés, haría que se perdiera un pedacito de su serie favorita: The Equalizer. Aquella serie de los ochenta que narraba la historia de un ex-agente que ofrece sus servicios como detective en Nueva York y en sus investigaciones se enfrenta a espías, la mafia y diversos criminales, es la inspiración para El Justiciero (The Equalizer, 2014), la nueva película de Antoine Fuqua con Denzel Washington en el crédito principal.
Robert McCall (Denzel Washington) es un tranquilo habitante de Boston. Su rutinaria vida mezcla su trabajo en una ferretería de mayoristas y visitar por las noches un viejo dinner, donde conoce a Alina (Chloë Grace Moretz), una chica que es vendida como prostituta. Después de que su proxeneta le propina una golpiza, la joven escapa y McCall decide que es momento de desenterrar su pasado y cobrar justicia. Esto sin saber que sus actos derivarían una violenta cacería encabezada por Teddy (Marton Csokas), un peligroso arrendador de la mafia rusa.
Siguiendo la escuela de Liam Nesson (¿En que momento Oskar Shindler y Alfred Kinsey se convirtió en un hombre capaz de matar lobos, secuestradores y mafiosos?), El Justiciero está lejos de Día de Entrenamiento, la primera colaboración entre Fuqua y Washington, y se sitúa en un terreno cómodo conforme avanzan los 128 minutos de duración. Sin intensiones de ser un thriller del todo serio, la décima cinta de Fuqua - cuyos créditos incluyen Olimpo Bajo Fuego, Rey Arturo y Lágrimas del Sol, es un juguetón ejercicio de entretenimiento de calidad.
Inspirada levemente en la serie de los ochenta, pues de aquel justiciero solo queda el nombre del personaje y un pasado similar, la película se rodea de una serie de clichés del cine de acción y una trama sencilla, sin embargo nunca se pierde en la búsqueda de su principal objetivo: Entretener. En una línea intermedia entre las cintas del Bourne de Matt Damon y Hombre en Llamas del mismo Washington, The Equalizer se toma su tiempo para presentar al personaje principal y después acelera al presentar la acción, funcionando al nivel de cualquier montaña rusa.
Fuqua reúne en su cinta un funcional guión, un buen trabajo en la fotografía por parte de Mauro Fiore y un destacable trabajo técnico que enmarca las ya tradicionales escenas del héroe caminando lentamente entre múltiples explosiones y desapareciendo entre las poco visibles sombras con los bien coordinados momentos de enfrentamiento.
El conflicto moral que el personaje de Washington presenta, por los días un hombre dispuesto a ayudar a un gordo amigo a bajar de peso y por las noches alguien que no puede olvidar de donde viene y decide tomar la justicia en sus manos hace interesante a la cinta. Washington está en su papel, sin mayores complicaciones el ganador del Oscar abandona su imagen de que había explotado en Deja Vú o American Gangster, y se entabla en un ser carismatico y que permite que nos creamos todo lo que estamos por ver, sin importarnos su poca veracidad. La magia del cine en su versión más comercial. El poco conocido, Marton Csokas también aporta un importante elemento al filme: el villano. Aquel hombre ruso poco expresivo, sin aparentes sentimientos y lleno de tatuajes impresionantes. Csokas es la figura atemorizante y un tanto caricaturizada de la película.
Parece que nos gusta ver a héroes sesentones enfrentandose a cualquier situación de peligro. Las cintas de Nesson y El Justiciero son prueba de ello, películas que bien se pueden disfrutar con la cabeza y un refresco frío un domingo por la tarde. Afortunadamente en ninguno de los dos casos se minimiza la capacidad del espectador ¿En serio nos podemos creer todo eso?, la respuesta es sí y vaya que nos divertimos en el camino.
Robert McCall (Denzel Washington) es un tranquilo habitante de Boston. Su rutinaria vida mezcla su trabajo en una ferretería de mayoristas y visitar por las noches un viejo dinner, donde conoce a Alina (Chloë Grace Moretz), una chica que es vendida como prostituta. Después de que su proxeneta le propina una golpiza, la joven escapa y McCall decide que es momento de desenterrar su pasado y cobrar justicia. Esto sin saber que sus actos derivarían una violenta cacería encabezada por Teddy (Marton Csokas), un peligroso arrendador de la mafia rusa.
Siguiendo la escuela de Liam Nesson (¿En que momento Oskar Shindler y Alfred Kinsey se convirtió en un hombre capaz de matar lobos, secuestradores y mafiosos?), El Justiciero está lejos de Día de Entrenamiento, la primera colaboración entre Fuqua y Washington, y se sitúa en un terreno cómodo conforme avanzan los 128 minutos de duración. Sin intensiones de ser un thriller del todo serio, la décima cinta de Fuqua - cuyos créditos incluyen Olimpo Bajo Fuego, Rey Arturo y Lágrimas del Sol, es un juguetón ejercicio de entretenimiento de calidad.
Inspirada levemente en la serie de los ochenta, pues de aquel justiciero solo queda el nombre del personaje y un pasado similar, la película se rodea de una serie de clichés del cine de acción y una trama sencilla, sin embargo nunca se pierde en la búsqueda de su principal objetivo: Entretener. En una línea intermedia entre las cintas del Bourne de Matt Damon y Hombre en Llamas del mismo Washington, The Equalizer se toma su tiempo para presentar al personaje principal y después acelera al presentar la acción, funcionando al nivel de cualquier montaña rusa.
Fuqua reúne en su cinta un funcional guión, un buen trabajo en la fotografía por parte de Mauro Fiore y un destacable trabajo técnico que enmarca las ya tradicionales escenas del héroe caminando lentamente entre múltiples explosiones y desapareciendo entre las poco visibles sombras con los bien coordinados momentos de enfrentamiento.
El conflicto moral que el personaje de Washington presenta, por los días un hombre dispuesto a ayudar a un gordo amigo a bajar de peso y por las noches alguien que no puede olvidar de donde viene y decide tomar la justicia en sus manos hace interesante a la cinta. Washington está en su papel, sin mayores complicaciones el ganador del Oscar abandona su imagen de que había explotado en Deja Vú o American Gangster, y se entabla en un ser carismatico y que permite que nos creamos todo lo que estamos por ver, sin importarnos su poca veracidad. La magia del cine en su versión más comercial. El poco conocido, Marton Csokas también aporta un importante elemento al filme: el villano. Aquel hombre ruso poco expresivo, sin aparentes sentimientos y lleno de tatuajes impresionantes. Csokas es la figura atemorizante y un tanto caricaturizada de la película.
Parece que nos gusta ver a héroes sesentones enfrentandose a cualquier situación de peligro. Las cintas de Nesson y El Justiciero son prueba de ello, películas que bien se pueden disfrutar con la cabeza y un refresco frío un domingo por la tarde. Afortunadamente en ninguno de los dos casos se minimiza la capacidad del espectador ¿En serio nos podemos creer todo eso?, la respuesta es sí y vaya que nos divertimos en el camino.
***
The Equalizer
Estados Unidos, 2014
Dir. Antoine Fuqua
con Denzel Washington, Marton Csokas, Chloë Grace Moretz, Melissa Leo
Duración: 128 minutos
Distribuye: Sony Pictures México
0 Comentarios
Comenta en El Proyector MX: