por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro
Ante un escenario completamente oscuro, el espectador se enfrenta a una serie de sonidos familiares. La música que el radio de un automóvil reproduce e inminentemente se va acercando poco a poco, el motor deteniendo su marcha, los pasos sobre un terreno rocoso, el sonido de un puño cerrado golpeando una puerta y el ingreso de alguien gracias a un entrada mal cerrada. Las luces se encienden y proyectan a un joven sentado en una descuidada mesa de madera que enfoca su mirada sobre una mancha de mantequilla en un cuchillo y una mosca.
Ese es Tom (Pedro de Tavira Egurrola), encargado de encontrar sinónimos en una agencia de publicidad y que ha llegado a una lejana granja para asistir al funeral de su novio. Al llegar conoce a Agathe (Verónica Langer) y a Francis (Leonardo Ortizgris), el hasta ahora desconocido hermano mayor de su pareja. En la granja, nadie sabía de las preferencias del muerto y mucho menos de la relación que este tenía con Tom, por lo que, al ver en peligro su estabilidad frente a la misteriosa y agresiva figura de Francis, el visitante acepta ocultar detalles y mentir, algo que podría llevarlo a vivir una farsa permanente.
Escrita por el dramaturgo Michel Marc Bouchard y en su tercer montaje en la Ciudad de México, en esta ocasión en el nuevo Foro Lucerna del Teatro Milán, Tom en la Granja es un interesante trabajo que explora la pérdida y la identidad, con un ligero toque de erotismo y nerviosismo. El autor, que al explicar su obra afirma que "Antes de aprender a amar, los homosexuales aprenden a mentir", juega con sus tres personajes al someterlos a la pérdida de un ser querido y tener que llevar el duelo a su manera, hasta que en algún punto de una abandonada tierra, se encuentran y el ambiente se tensa paulatinamente. Durante la obra, Bouchard analiza mentalmente a su personaje principal, hace latentes sus preocupaciones y miedos mientras pierde el control de su vida. Los vínculos que Tom, Agathe y Francis forman con el paso del tiempo los vuelven vulnerables, los tres perdieron a alguien e inconcientemente están en busca de su reemplazo.
Boris Schoemann trabaja con infinitos elementos en un espacio reducido. Gracias a sus actores y la brillante escenografía de Jorge Ballina, el calculado resultado es una constante pieza de poco más de dos horas en donde el poder y la debilidad se conjuntan frente a los espectadores. Pedro de Tavira Egurrola lidera el reparto de la puesta en escena que incluye a una fantástica Verónica Langer, como una madre golpeada por la situación y Leonardo Ortizgris, quien logra encajar a la perfección con el personaje que Bouchard plasma en su obra y se convierte en el atermorizante captor / anfitrión de un incomprendido Tom.
Alejándose por completo de aquel Thriller que Tom en el Granero (Tom à la Ferme, 2013) la adaptación al cine de Xavier Dolan presentaba, Tom en la Granja es una experiencia tan disfrutable como intrigante. La cuarta lectura de Schoemann a una obra del autor canadiense es un triunfo narrativo y teatral que no debe perderse.
Tom en la Granja
Tom à la Ferme de Michel Marc Bouchard
Director: Boris Schoemann
con Verónica Langer, Pedro de Tavira Egurrola, Leonardo Ortizgris y Alaciel Molas
Foro Lucerna (Lucerna 64 esq. Milán, Col. Juárez)
Viernes 8:45pm , Sábado 7:00pm y 9:30pm, Domingo 6:00pm
Fuera de Cartelera
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