The Hobbit: The Battle of the Five Armies
Dir. Peter Jackson
por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro
El año pasado, cuando se estrenó El Hobbit: La Desolación de Smaug (The Hobbit: The Desolation of Smaug, 2013), podíamos enumerar múltiples errores en apenas la segunda entrega de esta nueva trilogía basada en los relatos de la Tierra Media escritos por J.R.R. Tolkien y dirigida por Peter Jackson. La molesta decisión de dividir un libro de 324 páginas en tres películas de más de dos horas de duración, era el principal elemento en contra y a eso se le podía sumar actuaciones acartonadas, escenas largas y efectos especiales extrañamente mediocres, dando como resultado dos primeras películas verdaderamente aburridas. Ese exceso, porque hay que decir que Jackson es un director de excesos, juega a favor cuando llega la conclusión de esta nueva aventura en El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos (The Hobbit: The Battle of the Five Armies, 2014), la cinta más entretenida y funcional de la trilogía que sigue a Bilbo Bolsón.
Después de recibir en su montaña a Bilbo (Martin Freeman) y el grupo de enanos de la Tierra Media, el dragón Smaug cumple con su amenaza de destruir la ciudad del lago. Sin embargo ese sería solo uno de los problemas, pues la codicia de Thorin (Richard Armitage) lo llevaría a amotinarse en la montaña de Smaug y con esto desatar una nueva batalla entre cinco ejércitos. Los orcos, los enanos y los elfos se enfrentarán para poder quedarse con el tesoro del dragón y poder controlar la comarca.
Con sólo un impresionante prólogo de casi quince minutos de duración, Jackson logra hacer algo que no pudo hacer con las primeras dos cintas de El Hobbit: atrapar al espectador. Sí, esa escena del dragón Smaug atacando una indefensa ciudad a la mitad de un lago es suficiente para atraparnos, al fin hay algo de acción en esta franquicia que salvo ciertos momentos parecía estar muerta. Dejar las últimas cincuenta páginas del libro para la entrega final con poco más de dos horas de duración parece ser una buena estrategia, sería una cinta enteramente climática. Y entonces ¿Qué pasa?: Peter Jackson vuelve a caer en sus excesos.
En The Hobbit: The Battle of the Five Armies, existen muchos elementos que pueden hacer interesante a la trama, especialmente la batalla de los cinco ejércitos de la que habla el título. Desafortunadamente, la película se vuelve a perder entre todos esos argumentos extendidos que se fueron agregando a la trama para alargarla lo suficiente y poder obtener tres películas de más de dos horas. El tiempo siempre es el principal enemigo de las películas basadas en libros, sin embargo en El Hobbit el caso es al revés: sobra mucha historia y falta mucha esencia. Así pues la batalla de más de cuarenta minutos, y el filme en general, se ve constantemente interrumpido por escenas que bien pudieron suprimirse (especialmente aquellas que tienen al insoportable consejero Alfrid como personaje principal) gracias a su nula importancia en el desarrollo de la trama.
Fuera de la trama como problema de raíz, Jackson también enfrenta a sus propios demonios en la dirección. Filmada con un poco más de presupuesto que la saga de El Señor de los Anillos, la película pierde muchas de las cualidades técnicas que poseía la franquicia de principios de siglo. En este filme dejamos atrás las cuidadas escenas en locaciones impresionantes y nos enfrascamos en escenarios hechos por computadora y efectos regulares (Sorprende que la WETA encargada del Gollum de 2002 sea la misma que doce años después realiza este trabajo tan mediano). Al igual que las tres cintas que conforman esta trilogía, la batalla final no emociona del todo, demostrando que estamos lejos de aquellas batallas en Las Dos Torres y El Retorno del Rey.
En versiones más acomodadas que la ofrecida por Luke Evans (¿Quién le sigue consiguiendo papeles?), Martin Freeman, Ian McKellen, Orlando Bloom, Richard Armitage y Evangeline Lilly funcionan en sus roles. Antes de que The Last Goodbye suene en la pantalla mientras los créditos finales corran, existen en el filme muchos recordatorios de la saga original especialmente en aquellas escenas donde la orquesta dirigida por Howard Shore comienza a tocar algunos acordes del tema de The Lord of the Rings, ahí está implícitamente el verdadero sentido de El Hobbit; afortunadamente tenemos los DVDs para recordar lo que fue una gran trilogía.
Con El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos, llega a su fin un viaje innecesario pero que bien puede servir para analizar cual es el futuro de las cintas de este tipo e incluso sobre cual es el camino que debería tomar Peter Jackson. Si decide seguir enrollándose en las historias de Tolkien para solo demostrar que nunca estas podrán salir de la sombra de El Señor de los Anillos o buscar otras opciones en las que puede explotar sus innegables dotes como director. Ojalá, y con El Silmarillion como una propuesta latente, este no sea un viaje de ida y vuelta.
Con sólo un impresionante prólogo de casi quince minutos de duración, Jackson logra hacer algo que no pudo hacer con las primeras dos cintas de El Hobbit: atrapar al espectador. Sí, esa escena del dragón Smaug atacando una indefensa ciudad a la mitad de un lago es suficiente para atraparnos, al fin hay algo de acción en esta franquicia que salvo ciertos momentos parecía estar muerta. Dejar las últimas cincuenta páginas del libro para la entrega final con poco más de dos horas de duración parece ser una buena estrategia, sería una cinta enteramente climática. Y entonces ¿Qué pasa?: Peter Jackson vuelve a caer en sus excesos.
En The Hobbit: The Battle of the Five Armies, existen muchos elementos que pueden hacer interesante a la trama, especialmente la batalla de los cinco ejércitos de la que habla el título. Desafortunadamente, la película se vuelve a perder entre todos esos argumentos extendidos que se fueron agregando a la trama para alargarla lo suficiente y poder obtener tres películas de más de dos horas. El tiempo siempre es el principal enemigo de las películas basadas en libros, sin embargo en El Hobbit el caso es al revés: sobra mucha historia y falta mucha esencia. Así pues la batalla de más de cuarenta minutos, y el filme en general, se ve constantemente interrumpido por escenas que bien pudieron suprimirse (especialmente aquellas que tienen al insoportable consejero Alfrid como personaje principal) gracias a su nula importancia en el desarrollo de la trama.
Fuera de la trama como problema de raíz, Jackson también enfrenta a sus propios demonios en la dirección. Filmada con un poco más de presupuesto que la saga de El Señor de los Anillos, la película pierde muchas de las cualidades técnicas que poseía la franquicia de principios de siglo. En este filme dejamos atrás las cuidadas escenas en locaciones impresionantes y nos enfrascamos en escenarios hechos por computadora y efectos regulares (Sorprende que la WETA encargada del Gollum de 2002 sea la misma que doce años después realiza este trabajo tan mediano). Al igual que las tres cintas que conforman esta trilogía, la batalla final no emociona del todo, demostrando que estamos lejos de aquellas batallas en Las Dos Torres y El Retorno del Rey.
En versiones más acomodadas que la ofrecida por Luke Evans (¿Quién le sigue consiguiendo papeles?), Martin Freeman, Ian McKellen, Orlando Bloom, Richard Armitage y Evangeline Lilly funcionan en sus roles. Antes de que The Last Goodbye suene en la pantalla mientras los créditos finales corran, existen en el filme muchos recordatorios de la saga original especialmente en aquellas escenas donde la orquesta dirigida por Howard Shore comienza a tocar algunos acordes del tema de The Lord of the Rings, ahí está implícitamente el verdadero sentido de El Hobbit; afortunadamente tenemos los DVDs para recordar lo que fue una gran trilogía.
Con El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos, llega a su fin un viaje innecesario pero que bien puede servir para analizar cual es el futuro de las cintas de este tipo e incluso sobre cual es el camino que debería tomar Peter Jackson. Si decide seguir enrollándose en las historias de Tolkien para solo demostrar que nunca estas podrán salir de la sombra de El Señor de los Anillos o buscar otras opciones en las que puede explotar sus innegables dotes como director. Ojalá, y con El Silmarillion como una propuesta latente, este no sea un viaje de ida y vuelta.
**+
The Hobbit: The Battle of the Five Armies
Estados Unidos, 2014
Dir. Peter Jackson
con Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, Luke Evans
Duración: 144 minutos
Distribuye: Warner Bros. Pictures México
Película nominada al Oscar 2015
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