Seventh Son
Dir. Sergei Bodrov
por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro
En los últimos quince años hemos visto el gran boom de las películas basadas en novelas fantásticas. Magos, vampiros, hechiceros, cazadores de dragones y antiguas asociaciones secretas protagonizan historias que han sido transformadas de las hojas del libro a la pantalla grande, algunas con mucho éxito como la saga de Harry Potter o El Hobbit y otras sin pena ni gloria, como Eragon (2006) o La Brújula Dorada (The Golden Compass, 2007); sin embargo nunca habíamos visto una conversión tan penosa como la que el director Sergei Bodrov ofrece en El Séptimo Hijo (Seventh Son, 2014), adaptación de la novela El Aprendiz del Espejo de Joseph Delaney; una película hueca y completamente detestable en cualquier aspecto.
Después de la muerte de su más reciente aprendiz, el maestro Gregory (Jeff Bridges) regresa a una lejana laguna para cumplir la profecía que podría salvar a su mundo: Tom (Ben Barnes) el séptimo hijo de la familia Ward será el único capaz de luchar contra la malvada bruja Malkin (Julianne Moore), quien aprovechará la próxima luna roja para reunir a su ejército y atacar a quienes la mantuvieron encerrada por siglos.
Debemos reconocer que como proyecto, El Séptimo Hijo se rodeó de los mejores elementos: Bodrov (dos veces nominado al Oscar) sería el director, Steven Knight (autor del guión de Eastern Promises de Cronenberg) y Charles Leavitt escribirían el guión, Marco Beltrami pondría música al filme, Newton Thomas Sigel (Director de Fotografía de Drive) haría la fotografía y el reparto incluiría a los grandes Bridges, Moore y la insufrible estrella en ascenso Kit Harington (Sí, Jon Snow en Game of Thrones). ¿Qué salió mal?: Todo. Por 102 minutos, el filme se dedica a caer en el mismo error una y otra vez alargando cualquier intención que al final no se cumple.
Hemos visto historias malas que se convierten en películas palomeras por sus efectos, por una que otra escena en donde la vistosa acción paga el precio del boleto o simplemente por el gusto de ver a dos de los mejores actores del momento haciendo personajes que normalmente no harían. Pero Seventh Son no tiene nada de eso. El guión, lleno de clichés propios del género, no permite que la misma historia se pueda desarrollar, entonces da lo mismo lo que vemos en el minuto uno o en el minuto 30, sus personajes no crecen y la trama no avanza. ¿Qué estamos viendo? ¿Una película sobre un mago que tiene que salvar a su mundo, pero es tan inadaptado que le pesa entrenar a su compañero y aprendiz quien obviamente al final podrá luchar contra un villano que no conocía pero contra el que ha esperado combatir toda su vida?, bien háganlo interesante. Que la película no parezca un fallido refrito de El Aprendiz de Brujo y si lo es, por lo menos que sea lo suficientemente vistosa para que eso no importe.
El Séptimo Hijo es una película aburrida, su diseño es aburrido, los efectos son malos (Vamos, hasta en las caricaturas hemos visto mejores dragones) y sus actores no podrían sentirse más acartonados. Aquí no hay rastro del espíritu de Jeff Bridges y Julianne Moore, quienes incluso en desastres como R.I.P.D.: Policía del Más Allá (R.I.P.D., 2013) y Carrie (2013) pueden salir adelante gracias a su nivel interpretativo. Siendo honestos ellos podían ser los únicos que salven una película que tiene en sus créditos a Ben Barnes (quién cuando hizo a Dorian Grey todos queríamos que su retrato saliera en el minuto dos de la película) y Kit Harrington (¿A quién le cae bien Jon Snow para que lo quieran meter en casi todo?).
La nueva colaboración entre Legendary y Universal Pictures convenientemente sigue la línea de sus anteriores trabajos en unión; Drácula: La Historia Jamás Contada (Dracula Untold, 2014) y 47 Ronin: La Leyenda del Samurai (47 Ronin, 2013) y se convierte desde que los créditos finales comienzan a aparecer, en una seria contendiente para ser la peor película del Año. Afortunadamente esto no se repetirá en años siguientes, pues la posible franquicia cinematográfica basada en los libros de Delaney está más que muerta desde su primera entrega.
Después de la muerte de su más reciente aprendiz, el maestro Gregory (Jeff Bridges) regresa a una lejana laguna para cumplir la profecía que podría salvar a su mundo: Tom (Ben Barnes) el séptimo hijo de la familia Ward será el único capaz de luchar contra la malvada bruja Malkin (Julianne Moore), quien aprovechará la próxima luna roja para reunir a su ejército y atacar a quienes la mantuvieron encerrada por siglos.
Debemos reconocer que como proyecto, El Séptimo Hijo se rodeó de los mejores elementos: Bodrov (dos veces nominado al Oscar) sería el director, Steven Knight (autor del guión de Eastern Promises de Cronenberg) y Charles Leavitt escribirían el guión, Marco Beltrami pondría música al filme, Newton Thomas Sigel (Director de Fotografía de Drive) haría la fotografía y el reparto incluiría a los grandes Bridges, Moore y la insufrible estrella en ascenso Kit Harington (Sí, Jon Snow en Game of Thrones). ¿Qué salió mal?: Todo. Por 102 minutos, el filme se dedica a caer en el mismo error una y otra vez alargando cualquier intención que al final no se cumple.
Hemos visto historias malas que se convierten en películas palomeras por sus efectos, por una que otra escena en donde la vistosa acción paga el precio del boleto o simplemente por el gusto de ver a dos de los mejores actores del momento haciendo personajes que normalmente no harían. Pero Seventh Son no tiene nada de eso. El guión, lleno de clichés propios del género, no permite que la misma historia se pueda desarrollar, entonces da lo mismo lo que vemos en el minuto uno o en el minuto 30, sus personajes no crecen y la trama no avanza. ¿Qué estamos viendo? ¿Una película sobre un mago que tiene que salvar a su mundo, pero es tan inadaptado que le pesa entrenar a su compañero y aprendiz quien obviamente al final podrá luchar contra un villano que no conocía pero contra el que ha esperado combatir toda su vida?, bien háganlo interesante. Que la película no parezca un fallido refrito de El Aprendiz de Brujo y si lo es, por lo menos que sea lo suficientemente vistosa para que eso no importe.
El Séptimo Hijo es una película aburrida, su diseño es aburrido, los efectos son malos (Vamos, hasta en las caricaturas hemos visto mejores dragones) y sus actores no podrían sentirse más acartonados. Aquí no hay rastro del espíritu de Jeff Bridges y Julianne Moore, quienes incluso en desastres como R.I.P.D.: Policía del Más Allá (R.I.P.D., 2013) y Carrie (2013) pueden salir adelante gracias a su nivel interpretativo. Siendo honestos ellos podían ser los únicos que salven una película que tiene en sus créditos a Ben Barnes (quién cuando hizo a Dorian Grey todos queríamos que su retrato saliera en el minuto dos de la película) y Kit Harrington (¿A quién le cae bien Jon Snow para que lo quieran meter en casi todo?).
La nueva colaboración entre Legendary y Universal Pictures convenientemente sigue la línea de sus anteriores trabajos en unión; Drácula: La Historia Jamás Contada (Dracula Untold, 2014) y 47 Ronin: La Leyenda del Samurai (47 Ronin, 2013) y se convierte desde que los créditos finales comienzan a aparecer, en una seria contendiente para ser la peor película del Año. Afortunadamente esto no se repetirá en años siguientes, pues la posible franquicia cinematográfica basada en los libros de Delaney está más que muerta desde su primera entrega.
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Seventh Son
Reino Unido, 2014
Dir. Sergei Bodrov
con Jeff Bridges, Julianne Moore, Ben Banes, Djimon Hounsou
Duración: 102 minutos
Distribuye: Universal Pictures México
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