LOS ÁNGELES.- Javier Bardem entró en la historia como el primer actor español en lograr un Oscar por "No es país para viejos", la gran triunfadora de la noche con cuatro estatuillas, incluida la de mejor película y mejor dirección para Joel y Ethan Coen. "¡Esto es para España y para todos nosotros!", dijo Bardem en el momento de dedicarle el premio a su madre, Pilar, que saltó el charco para arropar a su hijo en el momento de entrar en el pabellón los grandes de Hollywood.
"¡Guau!", fue su reacción inmediata, en medio de la aclamación atronadora en el teatro Kodak. Bardem tuvo palabras emotivas a los hermanos Coen, a quienes les agradeció "la locura" de haberle dado el papel y, por supuesto, el peinado inimitable del matón Anton Chirgurh.
El premio a Bardem tuvo el sabor decididamente estelar de las grandes categorías. El presentador Jon Stewart -que prometió ponerse a estudiar español por los premios que aún le caigan- lo comparó con Hannibal Lecter, el protagonista de 'El silencio de los corderos', y le reservó un puesto de honor en la galería de los grandes villanos de Hollywood.
Emocionado pero con temple, hablando rápido pero esforzándose por no comerse una sílaba en versión original, Javier dio las gracias a los Coen y a todo el equipo de la película antes de virar al español, mirar hacia donde estaban Pilar Bardem y su hermano Carlos, y dedicarle el premio a sus padres, a sus abuelos y a la larga tradición de "los cómicos de España".
Duelo entre 'No es país para viejos' y 'Pozos de ambición'
En la alfombra roja, Bardem tuvo un pequeño guiño para los millones de televidentes en español: "Buenas noches, y que Dios reparta suerte"
Bardem vio también triunfar a otro malvado de película: Daniel Day-Lewis, su actor predilecto, consiguió su segundo Oscar en la piel del sangriento pionero del petróleo en 'Pozos de ambición'. La película de culto de Paul Thomas Anderson perdió sin embargo su pulso trágico con 'No es país para viejos', que demostró con creces su condición de gran favorita.
Tres veces subieron al escenario los hermanos Coen, en calidad de directores, productores y autores del mejor guión adaptado. En un alarde de humildad, admitieron que sólo han adaptado a dos grandes autores: Homero y Cormac McCarthy. El genial novelista rompió su encierro secular en el profundo oeste para entrar por la puerta grande del Teatro Kodak y ganarse una ovación de gala.
La francesa Marion Cotillard completó la noche decididamente extranjera con el Oscar a la mejor actriz por la encarnación de Edith Piaf en 'La Vie en Rose'. La británica Tilda Swinton se llevó otro de los premios madrugadores, el de la mejor actriz de reparto, por su interpretación de la abogada agresiva y vulnerable de 'Michael Clayton'.
Diablo Cody salvó el honor de 'Juno', la comedia del año, y dedicó temblorosamente su Oscar al mejor guión original "a todos los escritores de Hollywood", que a punto estuvieron de aguar la fiesta con la huelga que se prolongó durante tres largos meses. No cayó el aguacero que muchos presagiaron, pero los nubarrones pendieron en todo momento sobre las colinas de Hollywood, amenazando con descargar sobre la alfombra roja, protegida con toldos transparentes.
Como presagio de su gran noche, Javier Bardem fue también uno de los primeros en llegar de esmoquin y en limusina a la alfombra roja, protegida el domingo por toldos transparentes (aunque la lluvia perdonó al final a las estrellas). Ya de entrada, Bardem se deshizo en elogios "a los hermanos Coen y a la gran novela de Corman McCarthy".
Bardem y su 'mentor' en Hollywood, Julian Schnabel, quien lo dirigió en 'Antes de que anochezca'. (Foto: EFE)
El actor español siguió la broma de la noche y agregó que él hizo poco menos que "poner el peinado...". Ante las cámaras de la ABC, y antes de entrar en el Teatro de Kodak, Bardem tuvo un pequeño guiño a los millones de televidentes en español: "Buenas noches, y que Dios reparta suerte".
Las cámaras rondan a Penélope
Javier se paseó en familia, arropado por su hermano y por su madre, Pilar, que suspendió su función dominical de 'La sospecha' para vibrar como una debutante en el desfile de estrellas del Teatro Kodak: "¡He visto a George Clooney!". Las cámaras rondaron por cierto a Penélope Cruz, con un vestido negro de plumas, que llegó con la misión de presentar un premio y mantuvo las distancias con la comitiva de los Bardem.
Complaciente como pocas veces ante las cámaras, el actor español se fundió entre tanto en un abrazo con su director-talismán, Julian Schnabel, el mismo que le hizo otear por primera vez las colinas de Hollywood en el 2001 con 'Antes de que anochezca', su primera candidatura al Oscar. Schnabel, que competía con Joel y Ethan Coen en la categoría de mejor director, se quitó las gafas amarillas y le deseó lo mejor a su ex pupilo.
Los cuatro rivales de Bardem, empezando por el abogado Tom Wilkinson en 'Michael Clayton', se rindieron de antemano ante la pujanza del español. "Yo no voy a ganar, va a ganar Javier Bardem", dijo Wilkinson. "No me siento ni remotamente defraudado".
Bardem, que venía de ganar el Globo de Oro y el Bafta, barría en las encuestas previas pero hasta el último momento no las tuvo todas consigo. A sus 82 años, aupado por una emotiva incursión de apenas 15 minutos en 'Hacia rutas salvajes', de Sean Penn, Hal Holbrook subió varios enteros en las preferencias y jugó la baza de la veteranía.
Philip Seymour Hoffman (estrafalario espía de la CIA en 'La guerra de Charlie Wilson') y Casey Affleck (otro asesino en otro 'western' inusual, 'El Asesinato de Jesse James...') inquietaron también a Bardem desde algo más lejos.
"No va a haber Oscar en el mundo que pueda cambiar mi trayectoria", anunció de antemano Javier Bardem. "Piense seguir como hasta ahora, haciendo películas que tengan algo interesante que decir (...) Fueron películas como 'Los lunes al sol', 'Mar adentro' o 'Antes de que anochezca' las que hicieron que los Coen se fijaran en mí".
"¡Guau!", fue su reacción inmediata, en medio de la aclamación atronadora en el teatro Kodak. Bardem tuvo palabras emotivas a los hermanos Coen, a quienes les agradeció "la locura" de haberle dado el papel y, por supuesto, el peinado inimitable del matón Anton Chirgurh.
El premio a Bardem tuvo el sabor decididamente estelar de las grandes categorías. El presentador Jon Stewart -que prometió ponerse a estudiar español por los premios que aún le caigan- lo comparó con Hannibal Lecter, el protagonista de 'El silencio de los corderos', y le reservó un puesto de honor en la galería de los grandes villanos de Hollywood.
Emocionado pero con temple, hablando rápido pero esforzándose por no comerse una sílaba en versión original, Javier dio las gracias a los Coen y a todo el equipo de la película antes de virar al español, mirar hacia donde estaban Pilar Bardem y su hermano Carlos, y dedicarle el premio a sus padres, a sus abuelos y a la larga tradición de "los cómicos de España".
Duelo entre 'No es país para viejos' y 'Pozos de ambición'
En la alfombra roja, Bardem tuvo un pequeño guiño para los millones de televidentes en español: "Buenas noches, y que Dios reparta suerte"
Bardem vio también triunfar a otro malvado de película: Daniel Day-Lewis, su actor predilecto, consiguió su segundo Oscar en la piel del sangriento pionero del petróleo en 'Pozos de ambición'. La película de culto de Paul Thomas Anderson perdió sin embargo su pulso trágico con 'No es país para viejos', que demostró con creces su condición de gran favorita.
Tres veces subieron al escenario los hermanos Coen, en calidad de directores, productores y autores del mejor guión adaptado. En un alarde de humildad, admitieron que sólo han adaptado a dos grandes autores: Homero y Cormac McCarthy. El genial novelista rompió su encierro secular en el profundo oeste para entrar por la puerta grande del Teatro Kodak y ganarse una ovación de gala.
La francesa Marion Cotillard completó la noche decididamente extranjera con el Oscar a la mejor actriz por la encarnación de Edith Piaf en 'La Vie en Rose'. La británica Tilda Swinton se llevó otro de los premios madrugadores, el de la mejor actriz de reparto, por su interpretación de la abogada agresiva y vulnerable de 'Michael Clayton'.
Diablo Cody salvó el honor de 'Juno', la comedia del año, y dedicó temblorosamente su Oscar al mejor guión original "a todos los escritores de Hollywood", que a punto estuvieron de aguar la fiesta con la huelga que se prolongó durante tres largos meses. No cayó el aguacero que muchos presagiaron, pero los nubarrones pendieron en todo momento sobre las colinas de Hollywood, amenazando con descargar sobre la alfombra roja, protegida con toldos transparentes.
Como presagio de su gran noche, Javier Bardem fue también uno de los primeros en llegar de esmoquin y en limusina a la alfombra roja, protegida el domingo por toldos transparentes (aunque la lluvia perdonó al final a las estrellas). Ya de entrada, Bardem se deshizo en elogios "a los hermanos Coen y a la gran novela de Corman McCarthy".
Bardem y su 'mentor' en Hollywood, Julian Schnabel, quien lo dirigió en 'Antes de que anochezca'. (Foto: EFE)
El actor español siguió la broma de la noche y agregó que él hizo poco menos que "poner el peinado...". Ante las cámaras de la ABC, y antes de entrar en el Teatro de Kodak, Bardem tuvo un pequeño guiño a los millones de televidentes en español: "Buenas noches, y que Dios reparta suerte".
Las cámaras rondan a Penélope
Javier se paseó en familia, arropado por su hermano y por su madre, Pilar, que suspendió su función dominical de 'La sospecha' para vibrar como una debutante en el desfile de estrellas del Teatro Kodak: "¡He visto a George Clooney!". Las cámaras rondaron por cierto a Penélope Cruz, con un vestido negro de plumas, que llegó con la misión de presentar un premio y mantuvo las distancias con la comitiva de los Bardem.
Complaciente como pocas veces ante las cámaras, el actor español se fundió entre tanto en un abrazo con su director-talismán, Julian Schnabel, el mismo que le hizo otear por primera vez las colinas de Hollywood en el 2001 con 'Antes de que anochezca', su primera candidatura al Oscar. Schnabel, que competía con Joel y Ethan Coen en la categoría de mejor director, se quitó las gafas amarillas y le deseó lo mejor a su ex pupilo.
Los cuatro rivales de Bardem, empezando por el abogado Tom Wilkinson en 'Michael Clayton', se rindieron de antemano ante la pujanza del español. "Yo no voy a ganar, va a ganar Javier Bardem", dijo Wilkinson. "No me siento ni remotamente defraudado".
Bardem, que venía de ganar el Globo de Oro y el Bafta, barría en las encuestas previas pero hasta el último momento no las tuvo todas consigo. A sus 82 años, aupado por una emotiva incursión de apenas 15 minutos en 'Hacia rutas salvajes', de Sean Penn, Hal Holbrook subió varios enteros en las preferencias y jugó la baza de la veteranía.
Philip Seymour Hoffman (estrafalario espía de la CIA en 'La guerra de Charlie Wilson') y Casey Affleck (otro asesino en otro 'western' inusual, 'El Asesinato de Jesse James...') inquietaron también a Bardem desde algo más lejos.
"No va a haber Oscar en el mundo que pueda cambiar mi trayectoria", anunció de antemano Javier Bardem. "Piense seguir como hasta ahora, haciendo películas que tengan algo interesante que decir (...) Fueron películas como 'Los lunes al sol', 'Mar adentro' o 'Antes de que anochezca' las que hicieron que los Coen se fijaran en mí".
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