El dilema de las descargas por Internet

por Alejandro Alemán

La pasada entrega de los Globos de Oro dejó en evidencia un dato triste para nuestro país: más de la mitad de las cintas nominadas no han sido estrenadas aún en México.

Películas que se repiten insistentemente en las entregas de premios como The Fighter, The Kings Speech, The Kids Are All Right, Easy A, 127 Hours y por supuesto Black Swan, aún no se estrenan a pesar de haber sido proyectadas en Estados Unidos desde hace más de dos meses.


De entre todas las cintas que aún no se han estrenado, la que ha generado más expectativa es Black Swan. La actuación de Natalie Portman, la temática de la cinta, o el hecho de que sea dirigida por Darren Aronofsky, ha despertado mucha curiosidad en el público de México.

Pero, a pesar de que una película tan esperada como esta no se haya estrenado aún, es un hecho que la mayoría de la gente ya pudo ver la cinta gracias a una descarga por internet; muy a pesar de la distribuidora quien tiene como fecha tentativa de estreno el próximo 11 de febrero.

¿Por qué las distribuidoras tardan tanto en estrenar estas cintas? Al final todo se reduce a una estrategia de mercadotecnia. Las distribuidoras saben que muchas de estas películas serán nominadas a varios premios, entre ellos el más popular de todos: el Oscar.


Así, las empresas prefieren esperar a que las nominaciones o los premios lleguen, para entonces tener un gancho extra que (en teoría) acercaría a más público. Frases como “Nominada al Oscar” o “Ganadora de un Oscar”, en teoría son ganchos efectivos para que más público acuda a ver estas películas. Es por esto que las distribuidoras prefieren esperar a que la Academia decida las nominaciones o incluso que se descubra a los ganadores de tan importante presea, antes de estrenar las cintas en su corrida internacional.

Lo que no calculan es que hay un nuevo jugador que se llama internet.

¿Es condenable bajar una película de internet cuando la distribuidora atrasa o de plano niega la posibilidad de verla en cine?

La respuesta a esto sería otra pregunta: ¿Qué opciones nos quedan? Siempre está la posibilidad de esperar, claro… o la piratería (no es lo mismo que una descarga en internet, ojo). Y no deja de ser irónico, puesto que la industria del cine es una de las que más “combate” la piratería. Desde los famosos anuncios de “tengo un papá pirata”, las tecnologías anti copiado, hasta carteles e insertos en DVD’s (imposibles de eludir) donde nos avisan que la piratería es un delito.


Interesante esta situación dónde la indecisión de la distribuidora es, justamente, lo que nos orilla a conseguir la cinta por otras vías. Los creadores de “el papá pirata” nunca imaginaron este escenario. Que luego no nos vengan a regañar por recurrir a la piratería, no nos están dejando otra opción.

Internet nos da la posibilidad de quitarnos de encima a las distribuidoras y poder bajar, cuando queramos, aquellas películas que no se han estrenado, o que simple y sencillamente jamás se estrenaran.

¿Cuántas de las personas que ya han visto la película la verán de nuevo, ahora en el cine, cuando se estrene? Esta sería una estadística interesante, y puedo apostar que muchos de los que ya vimos Black Swan estaríamos dispuestos a pagar un boleto por verla en formato grande y con buen sonido. El ciclo de distribución cambia: de estrenarse primero en cine para después pasar al fomato casero; ahora primero se ve en formato casero (directo en computadora o en un televisor conectado a la laptop) y luego se ve en formato de cine.

Pero ustedes, ¿qué opinan?, ¿es válido bajar una película de internet cuando la distribuidora no la exhibe o no la edita en un DVD de nuestra región? O simplemente, todo es piratería y ¿deberíamos esperar pacientemente hasta que las distribuidoras nos den permiso de ver las películas que queremos ver?

Y ustedes, ¿ya vieron Black Swan?