Crítica - Kingsman: El Servicio Secreto


Kingsman: The Secret Service
Dir. Matthew Vaughn

por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro

Siempre es apreciable ver la nueva película de un director que se divierte trabajando y Matthew Vaughn es uno de esos directores. Con su primera película Layer Cake, Vaugh se entrometía en el mundo del narcotráfico con un ingenioso thriller que llevaría a Daniel Craig a ser considerado el próximo James Bond (con los resultados que ya todos conocemos). Después, con Kick-Ass, el realizador entraría de lleno al mundo de las historietas con una versión tan violenta como disfrutable del cómic homónimo escrito por Mark Millar; mientras que con X-Men: First Class, Vaughn renovaba con un toque elegante lo que parecía ser una franquicia muerta. Ahora, con Kigsman: El Servicio Secreto (Kingsman: The Secret Service, 2015), el director británico retoma una de sus grandes pasiones y la homenajea a su estilo, con una película violenta, irreverente y sumamente divertida.

Eggsy (Taron Egerton) es un problemático muchacho de los suburbios londinenses. Su brillante pasado como el mejor de la clase, soldado de honor y un aventajado gimnasta ha quedado atrás y ahora Eggsy se reúne con su grupo de amigos para beber y escapar de su abusivo padrastro. Sin embargo, todo esto cambiaría cuando es rescatado por Galahad (Colin Firth), un elegante hombre que resulta ser parte de una organización secreta que busca un nuevo recluta.

Ideada como una película pero finalmente presentada a modo de novela gráfica, Kingsman: El Servicio Secreto funciona gracias a que en ningún momento se llega a tomar demasiado enserio a si misma. Tomando a los espías y las películas sobre ellos como referencia (y burla por momentos), el filme se enfrasca en una divertida aventura de la cuál los espectadores no podrán salir más que emocionados. Replicando a las películas de James Bond, quizá a las más inmaduras como las de Roger Moore que a las protagonizadas por Daniel Craig un tanto más profundas, el filme ocupa una fórmula básica para llevarnos por el estilo conservador de la inteligencia británica y su violenta aplicación en el campo del espionaje: la historia de un maestro refinado y su desastroso pupilo.

Al más puro estilo del Pigmalión de Bernard Shaw (o de My Fair Lady, según sea el caso), Kingsman... aborda la historia entre un maestro y su alumno con el que se siente en deuda. El maestro un espía disfrazado de sastre hará todo lo posible por sacar a relucir las capacidades de su alumno, quien además tendrá la posibilidad de demostrar todo lo que es capaz en las difíciles pruebas a las que será sometido. En el inter, Vaughn nos llena de una atractiva propuesta que incluye escenas de acción perfectamente ejecutadas (cosa que no pudo tener Búsqueda Implacable 3, por ejemplo) y un inherente sentido del humor.

Kingman: The Secret Service es una sátira a las películas de espías que cae en el absurdo, pero no llega a los niveles infantiles de filmes como Austin Powers o Men in Black; al contrario, en esta adulta versión cualquier crítica destructiva es más que bienvenida. Vaughn y Millar hacen parte de esta conversión a sus personajes, que saben cuál es el siguiente paso en el plan del villano, que deberían decir una frase irónica al cumplir su cometido o que simplemente tienen que tener un acento y un gusto refinado para poder ser considerados auténticos caballeros, pero como el personaje de Samuel L. Jackson dice "esta no es esa clase de película".

Llena de referencias pop, el filme se divierte mostrando los lugares comunes del cine de espías que desde el último tercio del siglo pasado comenzaron a salir. A ritmo de Dire Straits y Rudimental, los fans de las películas del 007, Jason Bourne, el cine de Guy Ritchie e incluso de Stanley Kubrick se deleitarán ante las coloridas escenas que el director y el fotógrafo George Richmond, han preparado para llevar a cabo su respetuosa burla.

Con un elenco, compuesto por actores ganadores del Oscar y reconocidos en otros ámbitos del cine mundial, la presencia del joven Taron Egerton quien cumple a la perfección con la transición entre un problemático chico suburbano y un apuesto caballero de traje y anteojos, destaca. Además, vale la pena mencionar a Colin Firth en su papel más arriesgado y divertido en años, dándose el lujo de parecer el ser más elegante y de despeinarse cuando la situación lo merece. Y como "una película es tan buena como su villano", Samuel L. Jackson logra convertirse en un controlador némesis vestido con pants Adidas y una ligera traba en la lengua, sin dejar atrás a los excéntricos millonarios con secuaces con mandíbulas de acero (¿o no?) y entrando en el mesiánico molde del que ahora todos los malos en las películas forman parte.

Sinceramente, Kingsman: El Servicio Secreto resulta ser una sorpresa en una temporada en la que los blockbusters apuestan poco y se quedan en una inamovible zona de confort de la que pocas se atreven a salir. En este ambiente, el nuevo filme de Matthew Vaughn resulta ser una bocanada de aire fresco y además la opción más entretenida que el espectador podrá encontrar en cartelera. 

***+

Kingsman: The Secret Service
Reino Unido, 2015
Dir. Matthew Vaughn
con Colin Firth, Taron Egerton, Samuel L. Jackson, Mark Strong
Duración: 129 minutos
Distribuye: 20th Century Fox México

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