Crítica - Kubo y la Búsqueda Samurai


Kubo and the Two Strings
Dir. Travis Knight

por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro

¿Recuerdan la última vez que se maravillaron dentro de una sala de cine? Maravillarse no es cosa fácil, menos cuando las buenas películas llegan con mayor constancia y la tecnología está siempre modernizándose para bien. En efecto, todos esos avances en calidad y cantidad nos han permitido encontrar grandes películas fácilmente, sin embargo, resulta realmente destacable cuando una pequeña película (sólo en apariencia) hecha con animación en stop motion y una trama situada en el Japón fuedal conquista los corazones de todos y logra maravillar con su genuina propuesta. Ese es el caso de Kubo y la Búsqueda Samurai (Kubo and the Two Strings, 2016) la cuarta y más grande obra del estudio de animación tradicional LAIKA, responsables de Coraline y la Puerta Secreta y Paranorman.

Después de años de tranquilidad en un pequeño y alejado pueblo japonés, Kubo descubre que su madre huyó de su pueblo natal, perseguida por su padre y sus hermanas que querían asesinar al pequeño niño para quitarle los ojos. Cuando sus familiares lejanos llegan a la villa y comienzan a destruir todo a su paso, Kubo deberá emprender la búsqueda de una armadura mágica que alguna vez fue vestida por su padre, un legendario guerrero samurái. Acompañado por un mono y un escarabajo miedoso, el chico tratará de reunir los elementos que conforman la armadura antes de que la noche caiga y su abuelo acabe con todo, incluyéndolo a él.

Desde los primeros minutos de Kubo y la Busqueda Samurai, debut como director de Travis Knight, el espectador es testigo de un inigualable ejercicio técnico y sentimental. Después de presentar a una madre luchando por sobrevivir junto a su pequeño hijo con agresivos oleajes golpeando la pequeña embarcación en donde viajan, el guión escrito por Marc Haimes y Chris Butler, viaja al presente de la acción, con un chico levantando hojas de papel que convertirá en increíbles figuras de origami ante la mirada perdida de su madre. En completo silencio y con el toque de un experto, Knight ha conquistado al espectador con escenas poderosas, resueltas con elegancia y sensibilidad.

Conforme avanza el metraje, de 101 minutos de duración total, el filme explora marcadamente la valentía y el amor maternal, previstos en el argumento del filme, con sutileza; haciendo su presencia funcional minuto a minuto. Vale la pena mencionar que Knight, que había iniciado su carrera en el estudio como animador, tiene absoluto control sobre todos los elementos que forman una película pues la fotografía de Frank Passingham (un experto fotografiando en la técnica stop motion), la edición de sonido y especialmente la música de Dario Marianelli confluyen con naturaleza junto a la animación impecable con escenarios hermosos y personajes detallados y el conmovedor argumento, una especie de historia shakesperiana pasada por la mirada de Akira Kurosawa.

Hay que reconocer que Kubo and the Two Strings está lejos de ser una película pensada exclusivamente en el público infantil. De hecho, el estudio y los responsables del filme podrían haber sacrificado por momentos la atención de los niños, a quienes nunca manipula ni subestima, para ganar la comprehensión de los adultos, que serán los que puedan ver más allá del mono, el escarabajo y el niño haciendo magia con la música. Esto no quiere decir que el filme se convierta en aburrido, al contrario la acción intercalada con buenos gags de comedia nunca pierde el ritmo, solo que el mensaje del filme será más potente conforme la edad y la capacidad de retención avance.

Cabe mencionar que Kubo..., va más allá del talento que se encargue de darle voz a sus personajes. Contrario a La Fiesta de la Salchichas, donde la mayor parte de su chiste radica en quienes dan vida vocal a los alimentos, el filme distribuido por Universal no necesita de un gran elenco para sobresalir o por lo menos mantenerse... y aún así lo tiene. La reconocible voz de Matthew McConaughey (alright, alright, alright), la tranquilidad de Charlize Theron, la fuerza de Ralph Fiennes y la increíble maldad trasmitida a dos voces por Rooney Mara encabezan el buen equipo responsable de prestar su voz a los singulares personajes. Afortunadamente, en el reparto latinoamericano que tiene a Cecilia Suárez y Sofía Espinoza como los nombres más conocidos, el trabajo se mantiene pulcro.

Después de tres cintas, LAIKA ha superado a sus competidores y han alcanzado el pináculo de su carrera con Kubo y la Búsqueda Samurai. Cuando la voz de Regina Spektor anuncie con un cover a The Beatles (While My Guitar Gently Weeps, tema ad hoc compuesto hace décadas por el gran George Harrison) el final de nuestro viaje, queda todo claro. Lo que acabamos de ver es, sin duda, una belleza en celuloide y quizá sea la obra cumbre animada de este año. Si han de parpadear, háganlo ahora.

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Kubo and the Two Strings
Estados Unidos, 2016
Dir. Travis Knight
Voces en Español: José Luis Piedra, Cecilia Suárez, Arturo Mercado Jr, Sofía Espinoza
Voces en Inglés: Art Parkinson, Charlize Theron, Matthew McConaughey, Ralph Fiennes
Duración: 101 minutos
Distribuye: Universal Pictures México

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