Crítica - Vivir de Noche


Live by Night
Dir. Ben Affleck

por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro

Hace un par de años, cuando en una noche de febrero Argo se alzaba con el Oscar a Mejor Película después de una impresionante campaña de apoyo y rechazo al desaire de la Academia hacia su conocido responsable principal, parecía que Ben Affleck podía hacerlo todo y hacerlo bien, pues con tan sólo su tercer como director, el también actor y guionista había confirmado sus capacidades tras la cámara, demostrando que podía hacer un filme de acción inteligente donde hasta un simple trámite en la aduana se convertía en una emocionante carrera contra reloj. Con todas las expectativas justificadas, Affleck regresa al cine con Vivir de Noche (Live by Night, 2016), un ambicioso homenaje al cine de gángsters que pierde potencia gracias a su rebuscada trama y el acaparador trabajo de un hombre que busca estar en todos los espacios principales de sus créditos.

Joe Coughlin (Ben Affleck), un veterano soldado de la Primera Guerra Mundial, regresa a su pueblo natal, Ybor en Boston, para iniciar un nueva vida. Imposibilitado de prosperar en esa peligrosa ciudad, Joe se convierte en un asaltante de gángsters ayudado principalmente por su novia (Sienna Miller), quién es la amante de un líder criminal. Después de un asalto frustrado y traicionado por el amor de su vida, Joe cae en la cárcel temporalmente. A su salida, el hijo pródigo de un recién fallecido oficial de policía (Brendan Glesson), ingresará a un negocio que nunca quiso sólo para arruinar al hombre que le quitó a su chica, aunque eso signifique convertirse en un traficante de ron, socio de una familia de cubanos liderada por una bella mujer (Zoe Saldana) y vivir en los rincones más oscuros de Boston.

Basada en una novela de Dennis Lehane (y no en el one hit wonder ochentero de Veni Vidi Vici cómo su título en español podría recordarnos), Vivir de Noche es uno de esos extraños casos en el que todos los elementos disponibles son suficientes para poder hacer una gran película, si estos se saben ocupar. Desafortunadamente, Affleck, un probado buen director, pierde dolorosamente su primera batalla al enfrentarse con el texto de Lehane sobre un ladrón y gángster que, por cuestión de principios obtenidos, se considera un forajido más que un criminal.

Motivado por aquellas cintas de género de los años 30 y 40, Affleck comienza a delinear su relato como una especie de monólogo explicado, donde regresa rápidamente al origen del personaje para detallar sus motivaciones ideológicas y románticas. Después de un breve vistazo al futuro, con nuestro héroe en cama y absolutamente golpeado, Live by Night se plantea un escenario conocido, gobernado por mafias y la incapacidad de la policía; ahí, después de una bien filmada persecución en autos clásicos que ejemplifica la habilidad del director, la cinta atrapa al espectador. Sin embargo, el complicado argumento ideado por Lehane, se le va de las manos a Affleck, quién en su reencuentro con el autor tras Gone Baby Gone, intenta aborar todas sus subtramas sin detenerse a profundizar en los personajes y situaciones que las volverían verosímiles.

Es claro que, cuando a adaptaciones se refiere, un libro casi siempre será superior a una película. Ahí el autor puede llevar a sus personajes por cuantas páginas quiera, exponiéndolos a situaciones creíbles o increíbles y detenerse a explicar el ambiente en el que se desarrollan. En la pantalla, Affleck pone todo lo que necesitamos para entender: expone el conflicto moral del criminal hijo de un teniente de la policía en un escenario conservador, después aborda la segregación y el racismo con el Ku Klux Klan (hay una parte en la que todo se convierte en un duelo capuchas blancas vs armas y sombreros) como una nueva figura antagónica y regresa al conservadurismo llevado al extremo en plena época de prohibiciones nacionales; todo está presente en el filme de unos larguísimos 129 minutos de duración, pero no se intenta llegar más allá haciendo que todo esto, una potencial historia americana a la antigua, quede como un acartonado trabajo sobre buenos y malos.

Es una lástima que la osadía del primer acto del filme después se pierda en un juego de problemas narrativos mal solucionados que opacan el buen desempeño en la dirección de Affleck, aunado al trabajo en la fotografía de Robert Richardson, destacando la belleza en un pantano olvidado o una calle llena oficiales resentidos. Otro aspecto en el que el ganador de dos premios Oscar falla es en su faceta como actor protagónico. Affleck, gran director pésimo actor, se convierte en un lastre para la película con su inexpresivo trabajo que, especialmente cuando se enfrenta a otros elementos del reparto como Sienna Miller, Elle Fanning (a quién aún le falta encontrar el gran filme por el que todos le den la atención que merece), Brendan Glesson, Chris Cooper y la encantadora Zoe Saldana, pierde total autoridad.

Tres películas nos convencieron de algo que pocos creímos que fuera posible: Ben Affleck es un director formidable. Ojalá su tibio trabajo en Vivir de Noche sea sólo un tropiezo en su carrera a la gloria pues Affleck ya tiene asegurado un lugar junto a los buenos directores de nuestra época, queda esperar que se mantenga ahí y no pase de noche, al igual que su cuarto filme.

**+

Live by Night
Estados Unidos, 2016
Dir. Ben Affleck
con Ben Affleck, Sienna Miller, Zoe Saldana, Elle Fanning
Duración: 129 minutos
Distribuye: Warner Bros. Pictures México

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