Cars 3
Dir. Brian Fee
por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro
Cuando Pixar, el estudio que revolucionó la animación e impulsó la necesaria creación de una categoría que premiara el cine animado en los Oscar, lanzó Cars en el lejano 2006, los resultados fueron diversos. Sin ser necesariamente una mala película, la sencillez narrativa del filme lejana al característico trabajo del estudio, alejó a todos los críticos que por años habían alabado todos los productos que Pixar, en colaboración inicial y luego bajo el control de la casa Disney, había lanzado; sin embargo, encantó a la audiencia, convirtiéndose rápidamente en un golpe taquillero y una lucrativa franquicia comercial. Con los principios de calidad perdidos entre "flotillas" de dinero, el estudio arriesgó su prestigio y premisa con Cars 2, un desastre argumental que sólo justificaba su existencia con las decenas de productos que de el emanaron. Seis años después de aquella fatídica vuelta en sentido contrario, el estudio detrás de filmes contemporáneos como Intensamente y Toy Story 3, regresa a los autos con Cars 3 (2017), una película que sorpresivamente resulta ser la entrada más sensata y emotiva de la trilogía.
Después de sufrir un aparatoso accidente en una carrera dominada por competidores jóvenes (autos modernos), El Rayo McQueen se refugia en Radiador Springs, donde se recupera comienza a pensar en el retiro de las carreras de automóviles mientras se recupera. Motivado por Sally, sus amigos y el recuerdo del fallecido Doc Hudson, McQueen deberá regresar a las carreras de la Copa Pistón para vencer a Jackson Storm, su más reciente némesis y demostrar que aún tiene mucho que ofrecer.
Con una anécdota sencilla, el realizador novato Brian Fee (que reemplaza al experimentado John Lasseter después de dos filmes en la silla del director) comienza su camino llenándolo de propuestas que, en esta franquicia que parecía ser sólo para vender juguetes y artículos relacionados, resultan tan atractivas como arriesgadas. En el argumento, Fee y otros seis guionistas, deciden no sólo no mencionar cualquiera de los eventos desarrollados en la desafortunada Cars 2 sino desaparecer cualquier rastro de ella y continuar la historia entablada hace más de diez años en la perdida Ruta 66 de Colorado. Al regresar a su origen, la película adquiere cierto toque de honestidad que aprovecha en otros momentos del filme.
Superado el brutal accidente que motiva los 109 minutos de duración de la cinta, en una de las secuencias más escalofriantes del cine animado mainstream, Cars 3 acomoda sus intensiones en el espectro del camino del héroe, llevando a McQueen a lidiar con el temor a ser superado y olvidado gracias a un grupo de automóviles de última generación que irrumpen en el deporte que más ama y a encontrar el apoyo que necesita en su mentor, el gran Hudson Hornet con voz de archivo de los fallecidos Paul Newman (en inglés) y Pedro Armendáriz Jr (en español). Con la emotividad funcionando, especialmente en el tercer acto del filme, la tercera entrega de Cars sobresale en la trilogía, apegándose más al modelo de Pixar que al de Disney, una de las cosas que había perjudicado a las dos cintas anteriores.
Con la ausencia de un par de sus integrantes originales, tan sólo en el doblaje latino Armendáriz Jr y Polo Ortín (voz del Sargento) fallecieron entre el primer y tercer filme, Cars 3 se establece hábilmente como un emocional homenaje al espíritu que envolvía a la primera película, tanto interno como externo. Con más corazón y ángel que las dos películas anteriores, la que promete ser la última entrega en la más criticada trilogía de Pixar, se impulsa a toda velocidad a pesar de un par de convencionalismos que surgen en su narrativa.
Otro de los aspectos que diferencia a Cars 3 de sus dos antecesoras es el buen uso de la animación para crear espacios y atmósferas. Con trabajo de campo notable, el diseño visual del filme es verdaderamente destacable: el paseo por las carreteras que cruzan todos los climas y estados de los EU con escenarios apegados cada vez más a la realidad y un ingenioso juego de colores y estéticas cuando llegamos a lugares como el campo de lodo donde se desarrolla una peligrosa carrera a muerte o el circuito final con todos los autos destacando del pavimento por sus brillantes colores y diseños. Mención especial merecen los nuevos personajes que figuran en el filme: Jackson Storm, un villano aerodinámico determinado a humillar a las figuras que creció viendo correr y Cruz Ramírez, un sorpresivo personaje (una figura femenina latina reducida en el mundo corporativo automotriz lista para obtener notoriedad) atípico en la saga y en el mismo mundo del automovilismo.
"Los días de gloria pasarán por delante de ti en lo que dura un guiño en el ojo de una chica", dice el Jefe Bruce Springsteen en su popular canción Glory Days, que entra puntualmente en cierto momento del filme. Con su más reciente proyecto, Pixar explora el paso del tiempo y los días de gloria en uno de los personajes más iconicos de su impresionante filmografía; con ingenio y sorpresa, Pixar le da a la trilogía de Cars unos días de gloria, de esos que el estudio suele entregar cada vez que uno de sus proyectos llega a la pantalla grande. Para El Rayo McQueen (Owen Wilson en su idioma original, Kuno Becker en el doblaje latino) y su insoportable pero encantador amigo Mate (César Bono adueñándose del papel en español) ya era su momento.
Después de sufrir un aparatoso accidente en una carrera dominada por competidores jóvenes (autos modernos), El Rayo McQueen se refugia en Radiador Springs, donde se recupera comienza a pensar en el retiro de las carreras de automóviles mientras se recupera. Motivado por Sally, sus amigos y el recuerdo del fallecido Doc Hudson, McQueen deberá regresar a las carreras de la Copa Pistón para vencer a Jackson Storm, su más reciente némesis y demostrar que aún tiene mucho que ofrecer.
Con una anécdota sencilla, el realizador novato Brian Fee (que reemplaza al experimentado John Lasseter después de dos filmes en la silla del director) comienza su camino llenándolo de propuestas que, en esta franquicia que parecía ser sólo para vender juguetes y artículos relacionados, resultan tan atractivas como arriesgadas. En el argumento, Fee y otros seis guionistas, deciden no sólo no mencionar cualquiera de los eventos desarrollados en la desafortunada Cars 2 sino desaparecer cualquier rastro de ella y continuar la historia entablada hace más de diez años en la perdida Ruta 66 de Colorado. Al regresar a su origen, la película adquiere cierto toque de honestidad que aprovecha en otros momentos del filme.
Superado el brutal accidente que motiva los 109 minutos de duración de la cinta, en una de las secuencias más escalofriantes del cine animado mainstream, Cars 3 acomoda sus intensiones en el espectro del camino del héroe, llevando a McQueen a lidiar con el temor a ser superado y olvidado gracias a un grupo de automóviles de última generación que irrumpen en el deporte que más ama y a encontrar el apoyo que necesita en su mentor, el gran Hudson Hornet con voz de archivo de los fallecidos Paul Newman (en inglés) y Pedro Armendáriz Jr (en español). Con la emotividad funcionando, especialmente en el tercer acto del filme, la tercera entrega de Cars sobresale en la trilogía, apegándose más al modelo de Pixar que al de Disney, una de las cosas que había perjudicado a las dos cintas anteriores.
Con la ausencia de un par de sus integrantes originales, tan sólo en el doblaje latino Armendáriz Jr y Polo Ortín (voz del Sargento) fallecieron entre el primer y tercer filme, Cars 3 se establece hábilmente como un emocional homenaje al espíritu que envolvía a la primera película, tanto interno como externo. Con más corazón y ángel que las dos películas anteriores, la que promete ser la última entrega en la más criticada trilogía de Pixar, se impulsa a toda velocidad a pesar de un par de convencionalismos que surgen en su narrativa.
Otro de los aspectos que diferencia a Cars 3 de sus dos antecesoras es el buen uso de la animación para crear espacios y atmósferas. Con trabajo de campo notable, el diseño visual del filme es verdaderamente destacable: el paseo por las carreteras que cruzan todos los climas y estados de los EU con escenarios apegados cada vez más a la realidad y un ingenioso juego de colores y estéticas cuando llegamos a lugares como el campo de lodo donde se desarrolla una peligrosa carrera a muerte o el circuito final con todos los autos destacando del pavimento por sus brillantes colores y diseños. Mención especial merecen los nuevos personajes que figuran en el filme: Jackson Storm, un villano aerodinámico determinado a humillar a las figuras que creció viendo correr y Cruz Ramírez, un sorpresivo personaje (una figura femenina latina reducida en el mundo corporativo automotriz lista para obtener notoriedad) atípico en la saga y en el mismo mundo del automovilismo.
"Los días de gloria pasarán por delante de ti en lo que dura un guiño en el ojo de una chica", dice el Jefe Bruce Springsteen en su popular canción Glory Days, que entra puntualmente en cierto momento del filme. Con su más reciente proyecto, Pixar explora el paso del tiempo y los días de gloria en uno de los personajes más iconicos de su impresionante filmografía; con ingenio y sorpresa, Pixar le da a la trilogía de Cars unos días de gloria, de esos que el estudio suele entregar cada vez que uno de sus proyectos llega a la pantalla grande. Para El Rayo McQueen (Owen Wilson en su idioma original, Kuno Becker en el doblaje latino) y su insoportable pero encantador amigo Mate (César Bono adueñándose del papel en español) ya era su momento.
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Cars 3
Estados Unidos, 2017
Dir. Brian Fee
Duración: 109 minutos
Distribuye: The Walt Disney Motion Pictures México
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