Viva sin estar Viva; crítica a The Immortal Life of Hernietta Lacks


por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro

Hay historias que permanecen injustamente ocultas por años; la de Henrietta Lacks, una joven mujer afroamericana, es una de ellas. Después de su muerte a principios de los cincuenta, víctima de cáncer cervical, el cuerpo de Lacks fue utilizado sin su autorización por el hospital Johns Hopkins de Baltimore para realizar estudios clínicos. Uno de ellos, el cultivo de sus células cancerígenas para crear una línea de cultivo celular infinita, fue trascendental para el análisis y combate de enfermedades como la polio, el cáncer y el Sida. A pesar de su importancia en la biomedicina moderna, el nombre de Lacks fue sepultado entre sus iniciales (las "células HeLa") y su familia, cinco hijos y un esposo, fueron olvidados de cualquier compensación económica. Más de sesenta años después, otra mujer afroamericana de Baltimore retoma la historia de Lacks y la honra, divulgándola en la pantalla chica con La Vida Inmortal de Henrietta Lacks (The Immortal Life of Henrietta Lacks, 2017), producción original de HBO, producida y protagonizada por Oprah Winfrey.

Tomando como punto de inicio la investigación que realizaría la periodista independiente Rebecca Skloot, aquí interpretada por Rose Byrne, para la realización de su libro The Immortal Life of Henrietta Lacks, el filme sigue la historia de Deborah (Oprah Winfrey), una de las hijas menores de Lacks, decidida a no compartir la historia de su madre por miedo a ser engañada. Cuando la mujer, convertida en una abuela con cojera, conoce a Skloot primero desconfía, después la acepta como una de los suyos: la invita a su casa, le confía detalles personales y médicos de su vida y la de su madre, se abre y emprenden un viaje para encontrar los restos de sus familiares y dar a conocer la historia de una mujer escondida a conveniencia por un hospital y las farmacéuticas.

Dirigida por George C. Wolfe, ganador del Tony en 1993 por Angels in America: Millennium Approaches y responsable del último revival en Broadway de la obra The Normal Heart, la película, actualmente en programación de HBO y disponible en la plataforma HBO Go, intenta enfocarse en la vida de tres mujeres diferentes y de diferentes tiempos: Henrietta Lacks, cuya historia se presenta a modo de breves flashbacks con Renée Elise Goldsberry en el rol principal; Deborah, una mujer que sufrió la pérdida de su madre y el posterior desconocimiento de su vida y Skloot, decidida a contar una historia que le apasionó durante sus estudios aunque eso implique endeudarse y poner a prueba su paciencia. Con las tres líneas dramáticas marchando en su eje, Wolfe y su equipo de escritores terminan por enfocarse primordialmente en una (la de la hija abandonada), que a su vez forma una buena dupla con otra (la de la periodista dedicada), pero olvidan a la que le da título al filme.

Con el dolor de Henrietta Lacks abordado superficialmente en un par de minutos con fotografía casi en sepia, cortesía del cinefotógrafo Sofian El Fani (La Vie d'Adele), la cinta avanza lentamente en sus primeros minutos, dedicándose a explotar el potencial de una brillante Oprah Winfrey, como hace años no la veíamos en pantalla. Mostrando al racismo en los Estados Unidos de principios de este siglo y el abuso sexual en un núcleo familiar desbordado (de hecho hay una escena en la que el editor de Skloot le pide quitar detalles de la familia de Lacks por sonar demasiado trillados) como asuntos casi anecdóticos, Wolfe prefiere que el público aprenda más sobre Henrietta Lacks conforme su hija descubre detalles reducidos de su vida. De cierta forma, The Immortal Life of Henrietta Lacks prefiere exponer a la estrella que a la historia y es ahí cuando la película adquiere otra connotación, una más convencional y un tanto accidentada.

Algo es cierto, el filme se sostiene por momentos gracias a la notable química entre Winfrey y Rose Byrne, esta última entablando un extraño acento americano. En el tercer acto con Winfrey y Byrne, quienes llevan la batuta del proyecto, agregan una historia de amistad insospechada a la corta pero efectiva lista de tópicos que el filme apenas toca. Mención aparte merece el buen cast de soporte, liderado por Reg E. Cathey y con Courtney B. Vance apareciendo como otro abogado embustero, similar al que interpretó en The People v OJ Simpson: American Crime Story.

A pesar de su breve duración, 92 minutos para una historia que bien pudo haber soportado una corta temporada de siete u ocho capítulos, The Immortal Life of Henrietta Lacks cumple con su misión: exponer y reconocer la vida de una mujer que, como se dice en algún momento de la cinta, vive sin estar viva. En su nueva producción original, HBO presenta una historia sobre el legado, en la medicina, en la familia y el reconocimiento racial y cultural, de una mujer que merece ser conocida.

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The Immortal Life of Henrietta Lacks
Estados Unidos, 2017
Dir. George C. Wolfe
con Oprah Winfrey, Rose Byrne, Renée Elise Goldsberry, Reg E. Cathey
Duración: 92 minutos

The Immortal Life of Henrietta Lacks se transmite por HBO y está disponible en HBO Go

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