Crítica - Tiempos Felices


Tiempos Felices
Dir. Luis Javier M. Henaine

por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro

Hay películas que tienen un encanto innegable, películas que bien podrías recomendar a cualquiera que se te ponga enfrente argumentando ampliamente tu gusto o que simplemente te dejan con un buen sabor de boca a pesar de que el resultado pudo no ser el mejor. A este tipo de películas pertenece Tiempos Felices (2015), la ópera prima de Luis Javier M. Henaine, una atractiva propuesta que sorprende en un cada vez más acomodado cine mexicano

Max Quintana (Luis Arrieta) quiere, tiene, que terminar a Mónica (Cassandra Ciangherotti) su novia desde hace años, pero no puede hacerlo. Por mucho tiempo ha buscado el momento oportuno y este siempre se ve interrumpido por el miedo que le provoca los fatales resultados. Ante su incapacidad por romper con su sofocante relación, Max acude a Abaddon, una agencia especializada donde le garantizan que ellos podrán acabar con su insoportable noviazgo.

El primer largometraje de Henaine es un trabajo interesante que rescata algunos elementos del cine independiente estadounidense y los aplica a su beneficio. Con guiños a Wes Anderson y Michel Gondry, Tiempos Felices resulta ser una inofensiva anti comedia romántica donde el diseño de producción y las actuaciones se convierten en su principal fuerte con cada minuto de duración del filme. Escrita por el director en colaboración con Alejandra Olvera, la cinta presenta un planteamiento llamativo: Max podría ser cualquiera de nosotros al momento de enfrentarse al quiebre de una relación que ya no tiene para donde moverse pero que aún con todos sus malos momentos no puede ser interrumpida, por lo menos no en la forma en como uno desearía hacerlo. Hasta ahí todo bien, de hecho la fórmula compuesta por Mónica, una empalagosa novia y Max, un desesperado pero sensible y hasta cierto punto mandilón novio, resulta ser perfecta para el desenvolvimiento de esta y cualquier película.

Sin embargo, el argumento de la cinta comienza a jugar en otros terrenos cuando la extraña organización comienza a trabajar en el fin de la pareja. Con momentos rescatables, la última mitad de la película funciona sin pies ni cabeza gracias a lo que el espectador ve, en lugar de lo que recibe. Los coloridos escenarios (la paleta de colores utilizada por Diego García y Robert D. Yeoman, director de fotografía de Anderson, es muy parecida) y su ambientación retro / vintage / hipster dotan a la película de un cierto toque de falsedad en el que se le puede permitir casi cualquier cosa y con eso salirse con la suya al momento de dar resultados.

El Teatro Metropólitan convertido (de vuelta) en un cine con Hannah y sus Hermanas y 2001: Odisea del Espacio en exhibición, los dinner, las cámaras 35mm, los vochos, las combis, los VHS, las barberías, los teléfonos de disco, la rockola con Monica de The Kinks (¡Ey!) sonando, el ambiente recreado en Tiempos Felices - todo esto obra de Christopher Lagunes - funciona como un amable recordatorio de que en ese mundo cualquier cosa podría ser posible, especialmente ese giro de tuerca hacía el final donde Henaine y Olvera convierten a su filme en una chick-flick que pudo dar mucho más, olvidando su propósito principal.

Identificados como caras frescas, aunque ya tienen una larga trayectoria en el cine nacional (De hecho ambos protagonizaron la comedia Paradas Continuas en 2009), Luis Arrieta y Cassandra Ciangherotti brillan en pantalla gracias a su química (¿o debería decir a que ya no tienen química?). Como Max, Arrieta convence como un preocupado, aburrido y temeroso hombre, mientras que Ciangherotti se roba la película como una insoportable novia, como cualquiera que uno se pueda encontrar, que aunque no quiera termina por encantar (una especie de Zooey Deschanel en 500 Days of Summer, pero con talento y carisma).

Tal vez siendo un poco condescendientes, Tiempos Felices es como una novia que te gustó los primeros meses pero te comenzó a fastidiar en la última semana de relación. Una película con un inicio prometedor y un final que nos queda a deber, como pasa con la mayoría de las relaciones. Lo bueno es que como decía una poeta ¿o acaso fue Sergio Andrade en voz de Yuri?, siempre vendrán tiempos mejores y para el cine nacional con propuestas como Tiempos Felices, tal vez ya estemos viviendo los primeros pasos. 

***

Tiempos Felices
México, 2015
Dir. Luis Javier M. Henaine
con Luis Arrieta, Cassandra Ciangherotti, Iván Arana, Bárbara de Regil
Duración: 79 minutos
Distribuye: Cinépolis Distribución

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