por Luis Andrés Olascoaga Toro
Según cuenta la leyenda, la película Goldfinger también se vio salpicada por un episodio trágico en el que una de sus actrices murió. Shirley Eaton, la que diera vida a la secretaria del malvado Goldfinger habría muerto asfixiada por el baño en oro al que se tuvo que someter por exigencias de su papel en la película. Lo que ocurrió en realidad es que la actriz no murió asfixiada ni contrajo ninguna enfermedad por haberse sometido al baño, como aseguraban otras versiones. Shirley Eaton decidió retirarse del cine para dedicarse a su familia y a lo mejor esa retirada tan repentina pudo ocasionar estos rumores tan macabros.
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