Crítica - Amor Índigo

Colin (Romain Duris) conoce en una fiesta a Chloe (Audrey Tautou), el flechazo es instantáneo. Su relación, llevada de las calles de Paris a inventivas habitaciones, vive momentos desafiantes cuando, en la luna de miel, Chloe inhala un nenúfar, el cuál crece en un pulmón y apaga, poco a poco su vida. 

El nuevo trabajo de Michel Gondry, conocido por Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos (Eternal Sunshine of a Spotless Mind) y La Ciencia del Sueño (La science des rêves), no abandona su ya conocida fórmula, presentar imágenes llamativas, sin embargo, aquí lo hace careciendo de un eje narrativo, lo que hace insostenible a Amor Índigo (L'Ecume Des Jours, 2013), una cinta tan extraña como aburrida.

Gondry comienza a contar la historia, bizarra de nacimiento, de Boris Vian La Espuma de los Días, a su manera; con pequeños personajes en botargas, con objetos animados, escenarios dobles y piernas alargadas al momento de bailar. No cabe duda que todo eso compone un universo imaginativo que el autor se ha pintado para contar la historia, el problema es que la trama se le va de las manos a Gondry. Su versión libre de la obra de Vian, abandona la historia de amor entre los personajes y su difícil degradación para reemplazarla con artefactos, inútiles, perdiendo el sentido de toda la película.

Por partes, L'Ecume des Jours, tiene elementos destacables. La fotografía de Christophe Beaucarne y el diseño de producción se ponen a las ordenes de la imaginación de Gondry y los resultados son los esperados. La misión de mostrar una visión muy personal de la historia obtiene sus resultados, el cielo de París jamás se había visto tan bien detrás de esos ojos. Así como las actuaciones de Romain Duris, Omar Sy y Audrey Tautou, una mujer a la que cuando no hace un papel recordable, parece estar interpretando siempre al mismo personaje.

El problema es el engolosinamiento visual, el extremo uso de metáforas y los sin sentidos aún en las ocurrencias. Con tabletas de libros, presentaciones de autores, vuelos en nubes, ataúdes moldeados a gusto y crecimiento de flores en los pulmones, Amor Índigo, es visualmente interesante, pero narrativamente ligera y hueca como la espuma.