Crítica - Misión: Imposible Nación Secreta


Mission: Impossible - Rogue Nation
Dir. Christopher McQuarrie

por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro

Pasto. El verde pasto es lo primero que muestra la pantalla a los espectadores. Entre el pastizal se esconde camuflado un hombre que en una tablet intenta acceder a un lejano avión de carga. La escena ya la hemos visto en trailers y en el primer poster de la cinta que ahora se proyecta en pantalla, sabemos que el actor que segundos después sería elevado por los aires no necesitó de un doble para realizar su trabajo e incluso podríamos imaginar que es lo que se va a desarrollar después de eso; sin embargo, al terminar la secuencia, el resultado aún toma por sorpresa al espectador. La ahora conocida primera escena de Misión: Imposible – Nación Secreta (Missión: Impossible – Rogue Nation, 2015) es solo una prueba de lo que el director Christopher McQuarrie tiene preparado para los próximos minutos, una intrépida cinta que le da un nuevo impulso a la saga de Misión Imposible con algo genuinamente emocionante.

La Fuerza de Misión Imposible (FMI) está por ser desmantelada, sus métodos para cumplir con todas y cada una de sus misiones son más que cuestionados y la CIA está por absorber las tareas pendientes y el personal a cargo. Para la central de Inteligencia, Ethan Hunt (Tom Cruise) es un forajido, pues este está comprometido con encontrar a El Sindicato, una peligrosa organización secreta que trabaja para atracar a gobiernos y empresas afines a Occidente, sin que se tenga registro de su existencia. Perseguido por ambos bandos, Hunt necesitará el apoyo de su leal compañero Benji (Simon Pegg) y de Ilsa Faust (Rebecca Ferguson), una agente especial británica encubierta, para poder sacar de las penumbras al Sindicato y evitar la entrada de un nuevo orden mundial.

Después de trabajar con Cruise en la desapercibida Jack Reacher, donde se da el lujo de presentar el primer diálogo en el minuto siete y el rostro de nuestro héroe pasado el primer cuarto de hora, Christopher McQuarrie logra con Nación Secreta algo que en esos tiempos resulta casi imposible: hacer una buena quinta película. En una clara muestra de estilo, McQuarrie, también fungiendo como guionista, no sobreexplota los valores que tiene a su disposición, expone la ya tradicional escena de acción donde su protagonista hace gala de sus habilidades físicas en los primeros minutos de metraje y después confía en lo que tiene entre manos.

Con una evidente destreza tras la cámara, apoyado en gran medida por la fotografía de Robert Elswit y la edición de Eddie Hamilton, McQuarrie mezcla la acción visual con el suspenso a la Hitchcock, en una de las mejores escenas que se verán en el cine en el año (aquella en donde las bambalinas de la Ópera de Viena y Turandot de Puccini marcan el brillante ritmo a seguir), presenta bien logradas secuencias de persecución y lleva con elegancia una historia inteligente, cuyo toque clásico nos recuerda a algunas de la mejores películas de James Bond, además de referenciar momentos de las cuatro entregas anteriores. En las más de dos horas de metraje, Christopher McQuarrie (que también estuvo detrás del guión de The Usual Suspects) se consagra como el nuevo gran director a seguir.

Tom Cruise toma las riendas de Mission: Impossible – Rogue Nation para bien desde dos puntos diferentes: como productor contratando a los mejores elementos disponibles y como actor, demostrando por qué es un referente al pensar en un action man. Cruise se divierte, se expone físicamente y deja entrar a sus pasiones en la historia (la persecución en moto es cortesía de Cruise), todo esto hace que su sólida interpretación como Ethan Hunt se sienta auténtica; Jeremy Renner, que había sido mencionado como el sucesor de Cruise para las próximas entregas, tendrá que esperar sentado su protagónico. Simon Pegg, incluido en el elenco fijo desde Ghost Protocol, se convierte en un miembro importante del elenco al recibir el mayor peso en las escenas donde la comedia influye dentro del espionaje internacional. Rebecca Ferguson (no olvidaremos ese nombre y menos el rostro que lo acompaña) se lleva la película con, tal vez, el papel más interesante en la historia: una agente británica infiltrada. La interrogante motivada por el guión nos mantendrá buena parte de la película dudando sobre este personaje ¿En qué bando está infiltrada?

Viajando entre Paris, La Habana, Langley, Casablanca y Viena, Misión Imposible: Nación Secreta atrapa al espectador sin dejarse notar fácil o predecible. La mecha que sigue los títulos iniciales del filme, acompañados por el tema original de Lalo Schifrin en arreglos de Joe Kraemer (gran trabajo en la música, especialmente en las composiciones que siguen después de la escena en la Ópera), presentaba destellos de lo que veríamos en los siguientes minutos del filme; provocando y emocionando. Cuando llegan los créditos finales se repiten algunas de las escenas que presentó el filme, una vez que el resultado es conocido y la misión ha sido más que exitosa (en el sentido metafórico y literal de la oración). Sin temor a equivocarse, esta no es la última vez que veremos a Ethan Hunt y su equipo en pantalla. De hecho después de ver en Nación Secreta el momento más brillante del agente de la FMI, lo más seguro es que volvamos a escuchar a Schifrin y seguir ese fuego inicial por muchas entregas más.

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Mission: Impossible - Rogue Nation
Estados Unidos, 2015
Dir. Christopher McQuarrie
con Tom Cruise, Rebecca Ferguson, Simon Pegg, Jeremy Renner
Duración: 131 minutos
Distribuye: Paramount Pictures México

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