Spectre
Dir. Sam Mendes
por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro
Quizá en algunos lugares la voz de Adele interpretando el potente tema de Skyfall aún resuene entre las paredes. No es para menos, la canción ganadora del Oscar acompañaba a la película más satisfactoria de la longeva saga de James Bond en años, esa cinta que conquistó la taquilla en su país de origen, atrapó a los votantes de la Academia que le entregaron dos premios Oscar a sus responsables (edición de Sonido sumado al de la intérprete británica) y emocionó a los espectadores que ya habían visto a seis caballeros ponerse en los zapatos del agente secreto. Superar a su predecesora no es nada fácil y en una franquicia que lleva veinticuatro filmes el reto es constante, sin embargo, con la eficacia de Sam Mendes y el encanto de Daniel Craig, la barrera parecía no ser imposible. Sin los alcances de su antecesora, en 007 Spectre (Spectre, 2015), el director y su protagonista entregan lo que parece ser el episodio final de un afortunado capítulo en la historia de Bond.
Después de haber desatado un conflicto internacional con una fallida misión en la Ciudad de México, James Bond (Craig) ha sido suspendido y puesto en investigación mientras el Servicio Secreto de Inteligencia Británico sale a la luz con un nuevo esquema gubernamental. Desafortunadamente para M (Ralph Fiennes), el 007 tiene una tarea secreta que seguir: asistir a un funeral en Roma y comenzar a perseguir a los responsables de una serie de atentados alrededor del mundo. Con la ayuda de la doctora Madeleine Swann (Léa Seydoux), Q (Ben Whishaw) y Moneypenny (Naomi Harris), el espía deberá investigar a la peligrosa organización Spectre, cuyo líder Franz Oberhauser (Christoph Waltz) podría estar más relacionado con Bond de lo que parece.
Manteniendo el estilo que Mendes había impulsado en Skyfall, la vigésimo cuarta cinta basada en el personaje creado por Ian Fleming tiene una de las secuencias iniciales más brillantes de la franquicia. Ubicada en la Ciudad de México, el filme abre con un cautivador plano secuencia que abarca un colorido festival de día de muertos y la explosión de un edificio en pleno centro histórico. Con un absoluto control de la cámara, la secuencia sin cortes de más de cinco minutos de duración es solo una muestra de los dotes tras la cámara del también director de American Beauty. Después del primer corte, la gran apertura del filme recorre un 20 de Noviembre lleno de calacas, catrines y folclore adquirido en la producción del filme, hasta llegar al Zócalo, donde un helicóptero eleva la acción a los aires del primer plano de la Ciudad. La maravilla visual y la destreza en la acción proporcionada por Mendes en los primeros minutos de Spectre se quedaran con el espectador al terminar el filme.
Después de la secuencia en la CDMX y los créditos iniciales enmarcados por el regular tema Writing's on the Wall de Sam Smith, nos encontramos con el Bond que Casino Royale pinceló y Skyfall mostró en su punto máximo: un atormentado y oscuro personaje con vida propia, poseedor de un doloroso pasado que, conforme las películas pasaban, se llenaba de muertes queridas y misiones fallidas. La frase "Los Muertos están Vivos" y el consiguiente desfile de día de muertos no es gratuito en el guión escrito por John Logan, Neal Purvis, Robert Wade y Jez Butterworth. Spectre es la culminación del Bond de Craig, pues todos los cabos sueltos de las tres películas anteriores encuentran un sentido final en esta cinta, especialmente aquellos que están relacionados con los muertos del 007: M (cuando era interpretada por Judi Dench), Vesper Lynd (Eva Green como la funcional chica Bond de Casino Royale), los cuatro villanos anteriores e incluso su familia.
Partiendo de esa idea, los guionistas, el director y el correcto fotógrafo Hoyte Van Hoytema, comienzan a seguir a Bond por cuatro continentes en su misión, que esta vez es más personal que estrictamente secreta. Llena de homenajes a otras cintas de Bond, Spectre tiene a su personaje principal en un estado atípico en las cintas protagonizadas por Daniel Craig: asustado, sin un control definitivo, desterrado y dispuesto a emanar respuestas ocurrentes ante situaciones complicadas. Ese Bond, viaja por Roma, Marruecos y Londres intentando encontrar respuestas a su investigación y su pasado, claro que en el camino se encuentra con todos los clichés de la serie: las chicas Bond (Seydoux en resplandor total comparada con una desafortunada Monica Bellucci), los autos con artilugios, las persecuciones a toda velocidad, los gadgets modificados de Q, los saltos de escenario que llegan más rápido que un sello en el pasaporte de Bond; por momentos el personaje vuelve a la inverosimilitud de Pierce Brosnan y al ingenuo encanto de Roger Moore, más que al impecable Bond tallado por Craig.
Puede que el mayor pecado de Spectre sea su naturaleza como secuela. Al igual que lo ocurrido con Quantum en 2008, esta nueva cinta de la franquicia de James Bond se nota menos atractiva que su antecesora directa. En este caso, incluso con el mismo equipo detrás del filme, los resultados no son favorecedores para todos aquellos esperaban una mejor o al menos, una digna igual a Skyfall. Un ritmo más lento, un argumento que se deja divertir entre su adquirida solemnidad, la ausencia de un gran villano; todo parece tirar a una película que, aunque no se le puede reprochar lo entretenida que es, deja en el espectador el sentimiento de que pudo haber algo mejor.
Pocos confiaban en la capacidad de Mendes para filmar una buena cinta llena de necesarias secuencias de acción, cosa que quedó más que demostrada en Skyfall y que se mantiene en Spectre, al igual que la intachable producción y el estupendo trabajo en el audio, sin embargo, si hay algo que Mendes no pudo contener tan bien como lo había hecho en su cinta de 2012: el reparto. Acomodado (aunque a juzgar de sus más recientes declaraciones, puede que estemos ocupando la palabra incorrecta) en el papel del 007, Daniel Craig cierra un ciclo demostrando sus habilidades actorales y físicas: sufre y corre, se enoja y pelea, se enamora y tiene sexo (esto último en más de una ocasión). Léa Seydoux, mejor conocida por La Vida de Adèle, funciona como una Chica Bond sin complejos de inferioridad. Otro que funciona es Dave Bautista como un silente villano musculoso. Un tanto desaprovechados figuran Ralph Fiennes, Ben Whishaw y Naomi Harris en sus papeles acostumbrados, eso sin llegar al extremo de Belucci y la mexicana Stephanie Sigman (aunque tampoco esperábamos mucho).
Decía Samuel L. Jackson en su ocurrente participación en Kingsman: The Secret Service que "una película de James Bond es tan buena como su villano" y resulta curioso que los villanos sean el punto bajo de Spectre al menos en ciertas partes de su historia. Christoph Waltz trabaja en las sombras, aparece poco y dice aún menos, para fortuna esto se corrige en la ultima parte del filme, cuando su origen e intenciones son reveladas con guiños y trucos. En un papel menor, comparado con el Hans Landa de Inglourious Basterds, Waltz no sorprende como quizá lo hicieron en su momento Javier Bardem y Madds Mikkelsen, cosa que le resta puntos a la fuerza del filme que llegado un momento ha hecho de todo y, como decía la canción, nadie lo hacia mejor que Bond.
Con un final que parece ser una despedida total, Spectre podría cerrar (en un anticipado buen momento) la temporada más prominente del agente James Bond en cine. Es cuestión de tiempo antes de saber si este gran personaje volverá a las pantallas con Daniel Craig o si se reiniciará una vez más. En cierta escena, Moneypenny le cuenta a Bond lo que se dice de él en el MI6: "Dicen que estás acabado, yo creo que apenas estás empezando", igual y la siguiente aventura del espía británico ya dio sus primeras pistas con ese diálogo, al menos después de los créditos y con la Ciudad de México todavía en la mente, James Bond promete regresar. Y regresará.
Después de haber desatado un conflicto internacional con una fallida misión en la Ciudad de México, James Bond (Craig) ha sido suspendido y puesto en investigación mientras el Servicio Secreto de Inteligencia Británico sale a la luz con un nuevo esquema gubernamental. Desafortunadamente para M (Ralph Fiennes), el 007 tiene una tarea secreta que seguir: asistir a un funeral en Roma y comenzar a perseguir a los responsables de una serie de atentados alrededor del mundo. Con la ayuda de la doctora Madeleine Swann (Léa Seydoux), Q (Ben Whishaw) y Moneypenny (Naomi Harris), el espía deberá investigar a la peligrosa organización Spectre, cuyo líder Franz Oberhauser (Christoph Waltz) podría estar más relacionado con Bond de lo que parece.
Manteniendo el estilo que Mendes había impulsado en Skyfall, la vigésimo cuarta cinta basada en el personaje creado por Ian Fleming tiene una de las secuencias iniciales más brillantes de la franquicia. Ubicada en la Ciudad de México, el filme abre con un cautivador plano secuencia que abarca un colorido festival de día de muertos y la explosión de un edificio en pleno centro histórico. Con un absoluto control de la cámara, la secuencia sin cortes de más de cinco minutos de duración es solo una muestra de los dotes tras la cámara del también director de American Beauty. Después del primer corte, la gran apertura del filme recorre un 20 de Noviembre lleno de calacas, catrines y folclore adquirido en la producción del filme, hasta llegar al Zócalo, donde un helicóptero eleva la acción a los aires del primer plano de la Ciudad. La maravilla visual y la destreza en la acción proporcionada por Mendes en los primeros minutos de Spectre se quedaran con el espectador al terminar el filme.
Después de la secuencia en la CDMX y los créditos iniciales enmarcados por el regular tema Writing's on the Wall de Sam Smith, nos encontramos con el Bond que Casino Royale pinceló y Skyfall mostró en su punto máximo: un atormentado y oscuro personaje con vida propia, poseedor de un doloroso pasado que, conforme las películas pasaban, se llenaba de muertes queridas y misiones fallidas. La frase "Los Muertos están Vivos" y el consiguiente desfile de día de muertos no es gratuito en el guión escrito por John Logan, Neal Purvis, Robert Wade y Jez Butterworth. Spectre es la culminación del Bond de Craig, pues todos los cabos sueltos de las tres películas anteriores encuentran un sentido final en esta cinta, especialmente aquellos que están relacionados con los muertos del 007: M (cuando era interpretada por Judi Dench), Vesper Lynd (Eva Green como la funcional chica Bond de Casino Royale), los cuatro villanos anteriores e incluso su familia.
Partiendo de esa idea, los guionistas, el director y el correcto fotógrafo Hoyte Van Hoytema, comienzan a seguir a Bond por cuatro continentes en su misión, que esta vez es más personal que estrictamente secreta. Llena de homenajes a otras cintas de Bond, Spectre tiene a su personaje principal en un estado atípico en las cintas protagonizadas por Daniel Craig: asustado, sin un control definitivo, desterrado y dispuesto a emanar respuestas ocurrentes ante situaciones complicadas. Ese Bond, viaja por Roma, Marruecos y Londres intentando encontrar respuestas a su investigación y su pasado, claro que en el camino se encuentra con todos los clichés de la serie: las chicas Bond (Seydoux en resplandor total comparada con una desafortunada Monica Bellucci), los autos con artilugios, las persecuciones a toda velocidad, los gadgets modificados de Q, los saltos de escenario que llegan más rápido que un sello en el pasaporte de Bond; por momentos el personaje vuelve a la inverosimilitud de Pierce Brosnan y al ingenuo encanto de Roger Moore, más que al impecable Bond tallado por Craig.
Puede que el mayor pecado de Spectre sea su naturaleza como secuela. Al igual que lo ocurrido con Quantum en 2008, esta nueva cinta de la franquicia de James Bond se nota menos atractiva que su antecesora directa. En este caso, incluso con el mismo equipo detrás del filme, los resultados no son favorecedores para todos aquellos esperaban una mejor o al menos, una digna igual a Skyfall. Un ritmo más lento, un argumento que se deja divertir entre su adquirida solemnidad, la ausencia de un gran villano; todo parece tirar a una película que, aunque no se le puede reprochar lo entretenida que es, deja en el espectador el sentimiento de que pudo haber algo mejor.
Pocos confiaban en la capacidad de Mendes para filmar una buena cinta llena de necesarias secuencias de acción, cosa que quedó más que demostrada en Skyfall y que se mantiene en Spectre, al igual que la intachable producción y el estupendo trabajo en el audio, sin embargo, si hay algo que Mendes no pudo contener tan bien como lo había hecho en su cinta de 2012: el reparto. Acomodado (aunque a juzgar de sus más recientes declaraciones, puede que estemos ocupando la palabra incorrecta) en el papel del 007, Daniel Craig cierra un ciclo demostrando sus habilidades actorales y físicas: sufre y corre, se enoja y pelea, se enamora y tiene sexo (esto último en más de una ocasión). Léa Seydoux, mejor conocida por La Vida de Adèle, funciona como una Chica Bond sin complejos de inferioridad. Otro que funciona es Dave Bautista como un silente villano musculoso. Un tanto desaprovechados figuran Ralph Fiennes, Ben Whishaw y Naomi Harris en sus papeles acostumbrados, eso sin llegar al extremo de Belucci y la mexicana Stephanie Sigman (aunque tampoco esperábamos mucho).
Decía Samuel L. Jackson en su ocurrente participación en Kingsman: The Secret Service que "una película de James Bond es tan buena como su villano" y resulta curioso que los villanos sean el punto bajo de Spectre al menos en ciertas partes de su historia. Christoph Waltz trabaja en las sombras, aparece poco y dice aún menos, para fortuna esto se corrige en la ultima parte del filme, cuando su origen e intenciones son reveladas con guiños y trucos. En un papel menor, comparado con el Hans Landa de Inglourious Basterds, Waltz no sorprende como quizá lo hicieron en su momento Javier Bardem y Madds Mikkelsen, cosa que le resta puntos a la fuerza del filme que llegado un momento ha hecho de todo y, como decía la canción, nadie lo hacia mejor que Bond.
Con un final que parece ser una despedida total, Spectre podría cerrar (en un anticipado buen momento) la temporada más prominente del agente James Bond en cine. Es cuestión de tiempo antes de saber si este gran personaje volverá a las pantallas con Daniel Craig o si se reiniciará una vez más. En cierta escena, Moneypenny le cuenta a Bond lo que se dice de él en el MI6: "Dicen que estás acabado, yo creo que apenas estás empezando", igual y la siguiente aventura del espía británico ya dio sus primeras pistas con ese diálogo, al menos después de los créditos y con la Ciudad de México todavía en la mente, James Bond promete regresar. Y regresará.
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Spectre
Reino Unido, 2015
Dir. Sam Mendes
con Daniel Craig, Léa Seydoux, Christoph Waltz, Ralph Fiennes
Duración: 148 minutos
Andrew Scott
Ben Whishaw
Christoph Waltz
Daniel Craig
Dave Bautista
James Bond
Lea Seydoux
Monica Bellucci
Naomi Harris
Oscars 2016
Ralph Fiennes
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Sam Mendes
Sony Pictures México
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