Crítica - Un buen día en el vecindario (A Beautiful Day in the Neighborhood)


De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española (RAE), la palabra héroe se atribuye a una persona que realiza una acción en beneficio de una causa noble. También se le puede llamar así a una persona ilustre y famosa por sus hazañas y virtudes. Ambas definiciones parecen describir a la perfección al conductor de television Fred Rogers, que por décadas llegó a millones de hogares estadounidenses a través del programa infantil Mr Roger's Neighborhood de la televisión pública.

Mediante pequeñas historias, juegos didácticos y conversaciones con marionetas, Rogers –fallecido en 2003– realizó aportaciones invaluables a la educación social y emocional de niños estadounidenses. Ya sea abordando el shock social generado por el asesinato del presidente Kennedy o simplemente hablando sobre lo normal que es sentirse triste a cualquier edad, Rogers se convirtió en una figura fija de la pantalla chica americana y una guía en el crecimiento de cientos de miles de personas. Él era una persona que realiza una acción en beneficio de una causa noble; una persona ilustre por sus virtudes. 

Por ello resulta irresistible tomarlo como una figura ejemplar casi heroica. Ya lo habían hecho el documentalista Morgan Neville en el estupendo trabajo Won't You Be My Neighbor? de 2018 y el periodista Tom Junod con el texto Can You Say... Hero?, publicado por Esquire en 1998. Ahora, la cinta Un buen día en el vecindario (A Beautiful Day in the Neighborhood, 2019), retoma el perfil de Junod y lo convierte en un conmovedor homenaje a Rogers, curiosamente sin enfocarse por completo en este personaje. 


Tomando como pretexto los encuentros que dieron origen al texto de Junod, la nueva película de Marielle Heller –directora de la estupenda Can You Ever Forgive Me? de 2017– cuenta la historia de Lloyd Vogel (Matthew Rhys), un periodista pesimista conocido en el medio por sus impetuosos textos. Sumado a la extraña racha laboral que vive, Vogel se ha convertido en padre por primera vez, atraviesa por los primeros años de su matrimonio y lidia con su padre, quien ha regresado a su vida después de desaparecer por décadas.

Un día, mientras Esquire prepara su edición especial sobre "héroes americanos", Vogel es enviado a platicar con Fred Rogers (Tom Hanks), el popular personaje televisivo al que todo Estados Unidos ama. Aunque su meta exclusiva es poder conocer lo suficiente a Rogers para escribir el texto asignado, Lloyd se siente atrapado por el mítico conductor, quien parece no cambiar de personalidad dentro y fuera de los sets de televisión.

Lo que en un principio era un simple trabajo por encargo se convierte poco a poco en una serie de encuentros y conversaciones con "el héroe de las infancias de América" que llevarán a Vogel a convertirse en una mejor persona y enfrentar todos sus demonios sentimentales y emocionales. Tal como espera Mr. Rogers que pase con todos los niños que ven su programa.


Nadie puede ser culpado por imaginar que este proyecto, estrenado en el pasado Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), es solo un biopic más en una cada vez más larga lista de películas biográficas cuya existencia solo parece justificarse en la temporada de premios. Incluso los más pesimistas solo podrían considerarla otro retrato de una persona famosa que se sustenta únicamente en la actuación de un intérprete conocido. El resultado no podría ser más alejado de ambas cosas.

Jugando con el formato propio del programa de television de Rogers, utilizando sus maquetas para ubicar espacios o una cálida narración que ubica al Fred Rogers de Tom Hanks como un guía dramático, Heller cuenta una conmovedora historia de redención y descubrimiento humano a expensas de dos figuras que no podrían ser más diferentes entre sí.

De cierta forma, la conexión entre Vogel –interpretado con gracia por Matthew Rhys– y Rogers –Hanks en lo que quizá sea el mejor trabajo de su carrera reciente– es una representación metafórica de todo aquello que hizo del presentador una leyenda entre los estadounidenses y todo eso que nos frena para poder ser mejores: entendernos, relacionarnos, cuidarnos y querernos. Aún así, Un buen día en el vecindario está lejos de ser un chantaje emocional o una cursilería plasmada en celuloide. Con delicadeza, la directora –injusta olvidada en los premios de este año– lleva el relato como si se tratase de un cuento; una lección en la pantalla. Ante esto, es difícil no considerar a la cinta como un homenaje a Mr. Rogers y sus enseñanzas, pero también un recordatorio de la necesidad de comprender nuestras emociones y sentimientos, expresarlos, compartirlos. 

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Encaminada por el extraordinario guion de Micah Fitzerman-Blue y Noah Harpster y acompañada por la cariñosa partitura musical de Nate Heller, A Beautiful Day in the Neighborhood nos abre puertas difíciles de ignorar. Por una parte nos invita a conocer a un héroe americano y, por otra, nos lleva por un viaje que todos, a cualquier edad, necesitamos hacer. Así, será un placer ser el "vecino" de este encantador drama, al menos por un par de horas. 

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Un buen día en el vecindario
A Beautiful Day in the Neighborhood 
Estados Unidos, 2019
Dir. Marielle Heller
con Matthew Rhys, Tom Hanks, Chris Cooper, Susan Kelechi
Estreno en México: 10 de enero, 2020

* Crítica publicada originalmente en el desaparecido sitio Sector Cine. 

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