Crítica - Besos de Azúcar


Besos de Azúcar
Dir. Carlos Cuarón

por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro

Nacho (César Kancino) es un adolescente que se enamora de Mayra (Daniela Arce), el problema es que su amor es imposible ya que, como dice la canción, son de distintas sociedades. Él es hijo de una policía de tránsito (Paloma Arredondo) y ella, hija de la más poderosa líder de comerciantes ambulantes de Tepito (Veronica Falcón), de la que el padrastro de Nacho (Enrique Arreola) es dependiente.

Cuando comenzó la época del llamado "nuevo cine mexicano" en la década de los noventa, una de las cosas que se convirtió en característica de esa corriente fue la expansión en los tópicos a tratar, surgieron cintas con problemas contemporáneos y sus realizadores se convirtieron en representantes de la nueva población mexicana.

Uno de ellos fue Carlos Cuarón, quien junto a su hermano Alfonso, crearon dos de las películas más importantes del nuevo impulso cinematográfico nacional; Solo con tu Pareja (1991) e Y Tú Mamá También (2001). Es por eso que sorprende la mediocridad que rodea a Besos de Azúcar (2013), el más reciente trabajo de Carlos Cuarón, una mediocre cinta cuyo propósito nunca se llega a cumplir.

El principal problema radica en el guión, no tanto en la primicia; una especie de Romeo y Julieta en Tepito. El argumento, escrito por Luis Usabiaga y el propio Cuarón, falla al intentar retratar el entorno social que involucra a la trama y la llena de estereotipos, (los pobres son los buenos y los ricos son los malos, ser pobre es sinónimo de ser ignorante, donde aquellas figuras terminan los verbos con "s", etc..), lugares comunes (contando altares a la Santa Muerte y la eterna grabación del Fierro viejo en todas las calles de la Ciudad) y que al final no lleva a nada; convirtiendo su trabajo en un filme que fácilmente pudo haberse rodado en las últimas décadas del siglo XX, luciendo ahora, caduco.

Del guión se desatan múltiples errores, entre ellos que los personajes nunca llegan a ser lo suficientemente importantes para que uno luzca, aunado a la pésima dirección y la mediocridad que involucra a la mayoría de los integrantes del reparto, desde Hector Jiménez, la única figura relativamente conocida, hasta el insipiente trabajo de los dos protagonistas infantiles. Lo peor es que técnicamente la película falla en todos sus aspectos, la edición es irregular, el sonido es pésimo, la música inoportuna y la fotografía; sucia.

¿Necesitamos una cinta como Besos de Azúcar? Bajo ningún aspecto artístico o meramente de entretenimiento, no.  Una vez más volvemos a la familia y no tanto en tratar de comparar a ambos hermanos, sino en el asunto de distribución ¿Si esta película no hubiera tenido el apellido Cuarón entre sus créditos se podría haber estrenado?, difícilmente. 

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Besos de Azúcar
México, 2013
Dir. Carlos Cuarón
con César Kancino, Daniela Arce, Kristyan Ferrer y Héctor Jiménez
Duración: 87 minutos
Distribuye: LATAM Pictures

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