Crítica - Interestelar


Interstellar
Dir. Christopher Nolan

por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro

¿Hay alguien que dude de la capacidad como cineasta de Christopher Nolan?. En tan solo una década, el director británico revolucionó el mundo de los superhéroes en el cine y llevó a la Academia a replantear su modelo de selección de nominados al Oscar, aumentando de cinco a diez los posibles contendientes a Mejor Película, con las tres cintas de Batman protagonizadas por Christian Bale (Batman Begins, 2005, The Dark Knight, 2008 y The Dark Knight Rises, 2012), nos invitó a mirar con mucha atención un interesante thriller sobre magos en El Gran Truco (The Prestige, 2006) y creó un genuino caso de cine de autor en formato comercial con la fascinante El Origen (Inception, 2010). Por eso, no es de extrañar que ante el estreno del más reciente trabajo de Nolan: Interestelar (Interstellar, 2014) las expectativas que todos nos hemos creado sean más que altas, pero si algo hemos aprendido del realizador es a esperar lo inesperado.

En un futuro cercano, el mundo se ha convertido en un lugar casi inhabitable. La producción del maíz, único alimento que aún se puede cultivar en el campo, se ve amenazada por plagas y una constante nube de polvo. En ese lugar, habita Cooper (Matthew McConaughey) un ex piloto de la NASA convertido en granjero que ahora tiene que hacer todo lo posible por sobrevivir junto a su suegro Donald (John Lithgow) y sus pequeños hijos: Murphy (Mackenzie Foy) y Tom (Timothée Chalamet). Sin embargo, cuando la posibilidad de viajar al espacio para encontrar un planeta con las cualidades optimas para la supervivencia de la especie humana se presenta de manos del Profesor Brand (Michael Caine) y su hija Amelia (Anne Hathaway), Cooper tendrá que plantearse si quedarse en la tierra y ver como la generación de sus hijos es la última en poder vivir en el planeta o irse en busca de un mejor lugar, aunque esto signifique perder de vista a sus hijos por mucho tiempo.

Escrita por Christopher y Jonathan Nolan, su quinta colaboración juntos, Interstellar es una prometedora película sobre la esperanza en un lugar donde parece no haberla. Durante los primeros minutos, Nolan pone frente a la cámara un escenario casi apocalíptico que pocas veces hemos visto en pantalla: el hombre, ante su inminente fin, ha dado un paso hacia atrás. Hemos perdido la imaginación, el sentido de aventura, nos convertimos en figuras conformistas con nuestro entorno, dedicadas a hacer lo único que se puede hacer. Con una estética parecida a los sesenta incluso en aquellos partidos llaneros de beisbol entre comunidades, el director de Batman comienza a pintar el escenario para desarrollar su historia. El amor y  complicidad entre un padre y sus hijos funcionan como el enlace perfecto para llevarnos a la odisea especial que los hermanos Nolan han planeado.

Entonces llega la oportunidad de oro, el momento en que el hombre ha regresado a su hambre de conocimiento y comienza a buscar su salvación. Los sentimientos que los guionistas han impreso en cada escena se dan pausa con un conmovedor fotograma que involucra una cuenta regresiva, una larga despedida y el poema No entres dócil en esa buena noche de Dylan Thomas. Ahí, los espectadores, entramos a Interestelar. La aventura especial inicia y con ello, una serie de entradas científicas, donde los agujeros de gusano, hoyos negros y la inexpresable relatividad del tiempo se dan cita en un guión, que poco a poco nos va atrapando. Sí, Christopher Nolan lo ha vuelto a hacer.

Relatada como una respuesta inmediata a la película favorita de Nolan, 2001: Odisea del Espacio (2001: A Space Odyssey, 1968) de Stanley Kubrick, Interstelar es una película sencilla, cosa que parece importarle mucho al creador de aquel París de cabeza en Inception. Las naves espaciales palidecen ante los extraordinarios escenarios naturales fotografiados por Hoyte van Hoytema (encargado de la fotografía de Her de Spike Jonze) y la cuidada ausencia de sonido en el espacio se sobrelleva con un perfecto score creado por Hans Zimmer, con especial atención al homenaje recurrente que el compositor hace a Also Sprach Zaratustra de Richard Strauss, el mítico tema de apertura de aquella cinta de Kubrick sobre viajes espaciales.

Hasta ahorita, los Nolan han cumplido visualmente y de paso nos han entregado su argumento más cálido. Con escenas que fácilmente pueden sacar unas cuantas lágrimas (Sí, estamos hablando de esa escena con la introducción de Jessica Chastain), la cinta tiene una importante mejoría en la creación de personajes, incluso en aquella máquina que aumenta y disminuye su indice de honestidad. La forma en como se trataba la relación entre Cobb y su esposa en El Origen o la rivalidad entre viejos amigos en El Gran Truco, obtiene un nuevo sentido cuando entra en función el amor de un padre por sus hijos, porque ese finalmente es el gran motivo de existencia de una cinta como Interstellar.

Como es una costumbre, el realizador reúne a un gran cast liderado en esta ocasión por el reciente ganador del Oscar y principal motor de la película: Matthew McConaughey. Aquel actor, que en cierto momento de su vida se había enfrascado en las comedias románticas tontas, realiza un importante papel como un padre, más allá del ser un ingeniero aeroespacial. Sus convencidos gestos e incluso la imagen que puede dar a entender, funcionan perfectamente y, como si se tratará de la fuerza de gravedad, atrae a todos los participantes hacía él. Anne Hathaway y Michael Caine cumplen en su papel como la voz de la razón y Jessica Chastain (¡Ya denle un Oscar!) entrega una potente actuación que se empareja a la de su personaje en una edad menor (bien por Mackenzie Foy).

Curiosamente Chastain y Foy son la otra cara de Interstellar, la historia de los que se quedan mientras el grupo de cuatro personas (Por ahí andan también Wes Bentley y David Oyelowo) buscan esperanza. Y hasta ahí todo va bien, llevamos dos horas y media en donde nos maravillamos ante lo que pudo ser la obra maestra de un importante director de nuestra generación. Pero entonces, en los últimos quince minutos, se viene la resolución de un viaje, de una manera insatisfactoria. El hombre de las múltiples explicaciones, deja de detenerse para ponernos al corriente en cuanto a astro física se refiere, y comienza a jugar con su propia historia, culminando en un viaje cuyo mensaje funciona más que el clímax de la trama.

Poniéndolo en perspectiva, Nolan es el astronauta que abandona la zona de confort y busca algo más del cine norteamericano. Es un cineasta que arriesga, que juega todas sus fichas y que en cada cuadro demuestra su amor al cine - Por cierto, Interstellar sigue su tradición de ser filmada en 35mm y IMAX, alejándose del cada vez más recurrente formato digital -, y es por eso que vale la pena ver Interstellar, para poner nuestra capacidad de asombro a funcionar y dejar de lado (solo por un momento) nuestro pensamiento más crítico; ciento sesenta y nueve minutos después del inicio del filme, hemos salido conmovidos ante una artística pieza cinematográfica.

***+

Interstellar
Estados Unidos, 2014
Dir. Christopher Nolan
con Matthew McConaughey, Anne Hathaway, Jessica Chastain, Cassey Affleck
Duración: 169 minutos
Distribuye: Warner Bros. Pictures México

Película nominada al Oscar 2015

Poema: No entres Dócil en esa Buena Noche de Dylan Thomas.

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