Crítica - Los Juegos del Hambre: Sinsajo El Final


The Hunger Games: Mockingjay Part 2
Dir. Francis Lawrence

por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro

Hay una escena en Los Juegos del Hambre: Sinsajo El Final (The Hunger Games: Mockingjay Part 2, 2015) en la que Johanna (una olvidada Jena Malone) confronta a Katniss Everdeen (una cada vez más desanimada Jennifer Lawrence) en una sala de hospital; al final, la sobreviviente le dice a la heroína convertida en estandarte: "no te odio porque seas el Sinsajo, te odio porque eres insoportable". Parece curioso que esa frase sea perfecta para describir a la última entrega de la exitosa franquicia de The Hunger Games, pues el esperado final en esta prolongada tetralogía se da en una cinta que se deja odiar por ser insoportable.

Recluida bajo tierra y con Peeta (Josh Hutcherson) como una amenaza potencial, Katniss Everdeen, la ganadora de los 75° Juegos del Hambre y sobreviviente del Vasallaje de los Veinticinco, deberá abandonar su papel como emblema político y liderar a los rebeldes contra el Capitolio. Sin embargo, puede que el presidente Snow (Donald Sutherland) no sea el principal enemigo de Katniss después de todo, ya que un ideal, por más bien intencionado que este sea, siempre puede ser más peligroso que el poder absoluto.

El principal problema de Los Juegos del Hambre: Sinsajo es la decisión de cortar en dos episodios fílmicos al libro final de la trilogía. Siguiendo los pasos de Harry Potter (quienes ejecutaron la idea hábilmente) y Crepúsculo (quienes... bueno, ya saben lo que hacían con Crepúsculo), la saga creada por Suzanne Collins dividió el desenlace de la historia de Katniss en dos cintas que, ante la alargada imposición, comienzan a perder sustancia poco a poco. Si en Sinsajo Parte 1, era notable la pérdida de ritmo y la presencia de escenas que bien pudieron haberse quedado en la sala de edición, en la última entrega esto se convierte en el principal enemigo del director Francis Lawrence.

Lo que en 2012 inició como una trepidante saga para young adults y que el año pasado se convirtió en un interesante juego político, aquí luce terriblemente pausado y sin sentido. Iniciando justamente donde quedó la última toma en la parte 1, esta nueva película cuenta el momento del gran estallido, donde la heroína de la historia tiene que abandonar sus dudas y quejas para liderar una revolución contra el Capitolio; este es el gran momento, el momento de pelear, de atacar y si es necesario, morir. Desafortunadamente, el guión escrito por Peter Craig y Danny Strong carece de emoción en la acción y además es frío en su afán de presentar el dilema moral y amoroso que sigue a Katniss y que, naturalmente, en esta entrega tiene que llegar a una conclusión.

Al igual que en el libro, la última mitad de The Hunger Games: Mockingjay abandona todo contexto dramático que en las tres entregas pasadas había acompañado a la historia. Ante la pérdida de uno de los elementos más interesantes de la franquicia, el argumento de Sinsajo El Final se pierde entre conversaciones aburridas y un planteamiento que minutos antes del anticlimático desenlace se convierte en revelador, por no decir predecible. Ahí es donde radica el mayor fallo de esta irregular secuela, cuando lo que se presenta es aburrido (parece ser que es más interesante ver a Katniss contar el mismo plan tres veces a observar como el distrito 13 ataca al distrito más fuerte de PANEM y de paso al Capitolio), los hilos de la trama comienzan a hacerse evidentes y sus errores quedan al descubierto.

Después de haber tocado su punto máximo con Los Juegos del Hambre: En Llamas (quizás la mejor película de la franquicia), Lawrence mantiene el control fílmico en Sinsajo. Con gran habilidad para filmar escenas de acción, por ejemplo la que sucede en un túnel a oscuridad completa o aquella en la que el grupo de héroes corre de una gran ola de líquido oscuro, el director se convierte en el aliado más brillante de esta mediana cinta. De hecho, si hay algo que destacar en los cuatro filmes que integran a Los Juegos del Hambre es la honesta mejora técnica que cada película presentó a comparación de su antecesora. La fotografía en colores opacos de Jo Willems y el diseño de producción de Philip Messina lucen en pantalla y al final de los créditos se establecen como lo mejor de la cinta.

Uno de los elementos más golpeados por el desafortunado estiramiento de la historia, son sus personajes. Con desdén a las figuras bien interpretadas por Woody Harrelson y Elizabeth Banks, la cinta se enfoca solamente en los tres personajes principales: el amigo, por siempre amigo, de la protagonista (ese fue Liam Hemsworth en la última vez que lo verán en una película taquillera), el trastornado joven atacado mentalmente por el gobierno represor (un apenas sobresaliente Josh Hutcherson) y la molesta, muy molesta, mujer convertida en un icono contra el poder (una mediana Jennifer Lawrence). Quién peor sale librada es Lawrence, con todo y el mote de honor que le da haber ganado un Oscar, en una interpretación insoportable y mal estructurada en los momentos de dolor. Lejos quedan los atractivos personajes de Julianne Moore y el fallecido Philip Seymour Hoffman, reducidos en tiempo en pantalla a pesar de su trascendencia; todo es menos importante que presentar a Katniss contemplando un paisaje o, para variar, quejándose.

Sin espectacularidad, Los Juegos del Hambre: Sinsajo El Final cierra con un sabor amargo lo que parecía ser la serie de películas para adolescentes más interesantes en la actualidad. Es cuestión de tiempo antes de que otra franquicia quiera ocupar su lugar en las marquesinas y en las preferencias del público (Divergente y Maze Runner le siguen muy de cerca); lo único que queda por desear es que la suerte esté siempre de su lado. 

**+

The Hunger Games: Mockingjay Part 2
Estados Unidos, 2015
Dir. Francis Lawrence
con Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Sam Claflin, Liam Hemsworth
Duración: 135 minutos
Distribuye: Televisa Cine

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