Pink... el rosa no es como lo pintan
Dir. Paco del Toro
Nota del Editor: Esta crítica contiene spoilers. Aunque, por cuestiones de calidad, habíamos considerado evitar hablar del estreno de la película Pink, la petición en Change.org para evitar el lanzamiento del producto y las recientes notas del COPRED y el CONAPRED sobre las posturas de la película motivaron el análisis y posterior publicación de esta crítica, sin embargo y en apego a nuestras normas de calidad, no se publicarán imágenes, trailers y posters del filme en nuestras redes sociales ni en textos posteriores.
por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro
por Andrés Olascoaga | @AndresOlasToro
A veces, el primer contacto que el espectador tiene con una película viene en forma de un rectángulo vertical pegado en la pared. El poster promocional del filme, comúnmente presentado en calles, postes, espectaculares y los propios complejos de cine, tienen que ser lo suficientemente llamativos para mover al público a las salas, ofreciendo lo más interesante del filme, una imagen, el título en grande o una frase de venta lo suficientemente potente para captar la atención. Con Pink (2015), la más reciente película de Paco del Toro, el pobre poster no sólo funciona con fines promocionales, sino que también es un resumen de lo que la película es, una exagerada y vulgar revisión a lo que un hombre con prejuicios identifica como adopción homoparental.
Un matrimonio, compuesto por el dueño de una estética (Pablo Cheng) y un mantenido hombre musculoso (Charly López) decide dar el siguiente paso en su relación adoptando a Andrés (Carlos Meza), un niño huérfano. Sin embargo, en lugar de ofrecer protección y cobijo al recién llegado, la pareja decide mantener su vida llena de excesos, fiestas y amistades amaneradas llevando a su nuevo hijo con ellos. La vida del pequeño Andrés se adaptará al excéntrico ritmo de sus padres, aunque esto signifique adoptar los usos y costumbres de sus guardianes legales.
Es difícil hablar sobre la trama de Pink sin usar demasiados adjetivos calificativos, entre ellos pretenciosa, homófoba, ignorante, peligrosamente engañosa y altamente religiosa. No son malas las intensiones de quien escribe ni corresponde a una agenda oculta a seguir, como el director ha combatido inútilmente a sus detractores en numerosas ocasiones, sino una revisión honesta de lo que la película exhibida en exclusiva por Cinemex ofrece; todo por culpa del hombre detrás de este bodrio. Paco del Toro, director de numerosos videohomes de la peor calidad (aún para ser videohomes), decide disfrazar su humillante versión de un matrimonio homosexual bajo el cobijo de un mensaje religioso extremista.
Del Toro (sin ninguna relación comprobable con el otro director mexicano de mismo apellido) es un hombre cristiano al servicio de Jesucristo de Nazaret o al menos así gusta presentarse. En sus palabras, su trabajo en el mundo del cine consiste en crear películas "con un enfoque hacia arriba, hacia el cielo... simples películas con un mensaje del Evangelio, con Jesucristo"*, con ese pretexto, el director presenta en Pink una historia llena de lugares comunes con personajes plenamente estereotipados, todo esto en favor de su discurso sustentado en la biblia (el pasaje Marcos 10: 6-9 es incluso proyectado al final del filme) pero que nunca deja de sentirse retrógrada.
Criticar a una película como Pink es complicado, sin herir susceptibilidades (cosa que la película si hace), el director oculta cobardemente su guión en las ordenes de la figura más importante de su religión. Sí, el cine de protesta es incluso necesario, pero no este tipo de proyectos simplones que nacen como hijos bastardos de la fe desmedida de un hombre y en sus interpretaciones. Una vez más, no es la intención ofender a nadie, pero cuando una película tiene como diálogos (todos estos en los momentos más "importantes" de la historia) cosas como "La homosexualidad es una vida contraria a la ley de Dios.. pareces un mendigo, recibes solo las migajas de amor que otros te dan... En Jesucristo puedes dejar de ser homosexual" intercalados con un guión lleno de errores propios de la ignorancia (según un personaje la "habilidad psíquica" del niño podría ser violentada al ser adoptado por dos hombres) hay algo que está mal, más allá del mensaje que la película quiera o desee con todas fuerzas dejar.
Sin ningún valor técnico ni actoral, por cierto Roberto Palazuelos, Charly Lopez y Carlos Bonavides (en una versión a lo pájaro loco de Huicho Dominguez) ya tienen su lugar asegurado en el infierno no por los papeles que interpretan sino por como lo hacen, Pink sobresale gracias a su contenido discriminatorio, no sólo para la comunidad LGBTTI, sino para las mujeres, figuras reducidas que en palabras del guionista y de un muy mal actor no pueden brindarle fuerza, valor, disciplina a sus hijos. Del Toro además es un bully, que agrede constantemente a sus personajes, ya sea el niño molestado en la escuela por sus padres o los padres ignorados y burlados por básicamente todas las personas disponibles.
Con marcados clichés, porque para Pink todos los homosexuales pueden ser vulgares, afeminados, promiscuos y de paso siempre con dinero, la película cambia de dirección en sus últimos minutos cuando con piano de fondo, un taxista le muestra al personaje principal (Cheng) la palabra de Jesucristo. Milagrosamente y con una noche de leer la biblia, el hombre se cura de homosexualidad y rechaza la feminidad a la que estaba obligado (porque, una vez más en boca de los personajes, un gay es una mujer y una mujer es femenina). Tan peligroso y radical discurso solo es aderezado por un flashback musical (con el peor rock cristiano disponible) donde Del Toro comete su mayor pecado, explicar el origen de esa loca descarriada y desubicada (todo eso impreso en el guión), contradiciendo el mensaje de su película.
El débil y amanerado hombre homosexual que protagoniza la película se convirtió en eso gracias a su papá y mamá, dos personas agresivas que a la menor provocación ponen a su hijo a planchar (claro, porque es gay) e incluso venderlo entre sus amistades (claro, porque es gay). En menos de cien minutos, Del Toro buscaba convencernos a todos del peligro que corre la sociedad actual con el ingreso y aceptación de familias contranatura y en su justificación, el realizador ubica al causante de todo en un ambiente al que defiende, un matrimonio heterosexual de barrio pobre con Jesucristo crucificado en la pared. Así de mal estructurado y sin sentido culmina la historia que ataca a una "sociedad adormecida" en donde las familias que dicta la ley cristiana "serán cosa rara en un futuro".
Si de hacer una crítica se trata, Del Toro debió enfocarse más en el incoherente y aburrido guión en lugar de abocarse a torturar a su protagonista infantil (¿Entonces Paco del Toro es lo que tanto critica?) y a sus personajes principales, ambos terminando con SIDA, una acción que los va a matar. Al parecer la capacidad de razonamiento del director se quedó en los noventa, al igual que sus miedos y su acceso a la información.
Volviendo al poster, en rosa chillón enmarcando el retrato de la nueva familia, la estrategia comercial orquestada por ese círculo de personas cercanas al director intenta vender el filme con el tagline Adopción gay... ¿Acierto o error?. Al final, lo interesante no es ver cuál es la respuesta a esa inquisidora pregunta, depende del punto de vista y todos los recursos que tenga el espectador saldrá el veredicto, sino en que todos deberíamos estar de acuerdo en algo, al menos en lo cinematográfico Pink es definitivamente un error.
Un matrimonio, compuesto por el dueño de una estética (Pablo Cheng) y un mantenido hombre musculoso (Charly López) decide dar el siguiente paso en su relación adoptando a Andrés (Carlos Meza), un niño huérfano. Sin embargo, en lugar de ofrecer protección y cobijo al recién llegado, la pareja decide mantener su vida llena de excesos, fiestas y amistades amaneradas llevando a su nuevo hijo con ellos. La vida del pequeño Andrés se adaptará al excéntrico ritmo de sus padres, aunque esto signifique adoptar los usos y costumbres de sus guardianes legales.
Es difícil hablar sobre la trama de Pink sin usar demasiados adjetivos calificativos, entre ellos pretenciosa, homófoba, ignorante, peligrosamente engañosa y altamente religiosa. No son malas las intensiones de quien escribe ni corresponde a una agenda oculta a seguir, como el director ha combatido inútilmente a sus detractores en numerosas ocasiones, sino una revisión honesta de lo que la película exhibida en exclusiva por Cinemex ofrece; todo por culpa del hombre detrás de este bodrio. Paco del Toro, director de numerosos videohomes de la peor calidad (aún para ser videohomes), decide disfrazar su humillante versión de un matrimonio homosexual bajo el cobijo de un mensaje religioso extremista.
Del Toro (sin ninguna relación comprobable con el otro director mexicano de mismo apellido) es un hombre cristiano al servicio de Jesucristo de Nazaret o al menos así gusta presentarse. En sus palabras, su trabajo en el mundo del cine consiste en crear películas "con un enfoque hacia arriba, hacia el cielo... simples películas con un mensaje del Evangelio, con Jesucristo"*, con ese pretexto, el director presenta en Pink una historia llena de lugares comunes con personajes plenamente estereotipados, todo esto en favor de su discurso sustentado en la biblia (el pasaje Marcos 10: 6-9 es incluso proyectado al final del filme) pero que nunca deja de sentirse retrógrada.
Criticar a una película como Pink es complicado, sin herir susceptibilidades (cosa que la película si hace), el director oculta cobardemente su guión en las ordenes de la figura más importante de su religión. Sí, el cine de protesta es incluso necesario, pero no este tipo de proyectos simplones que nacen como hijos bastardos de la fe desmedida de un hombre y en sus interpretaciones. Una vez más, no es la intención ofender a nadie, pero cuando una película tiene como diálogos (todos estos en los momentos más "importantes" de la historia) cosas como "La homosexualidad es una vida contraria a la ley de Dios.. pareces un mendigo, recibes solo las migajas de amor que otros te dan... En Jesucristo puedes dejar de ser homosexual" intercalados con un guión lleno de errores propios de la ignorancia (según un personaje la "habilidad psíquica" del niño podría ser violentada al ser adoptado por dos hombres) hay algo que está mal, más allá del mensaje que la película quiera o desee con todas fuerzas dejar.
Sin ningún valor técnico ni actoral, por cierto Roberto Palazuelos, Charly Lopez y Carlos Bonavides (en una versión a lo pájaro loco de Huicho Dominguez) ya tienen su lugar asegurado en el infierno no por los papeles que interpretan sino por como lo hacen, Pink sobresale gracias a su contenido discriminatorio, no sólo para la comunidad LGBTTI, sino para las mujeres, figuras reducidas que en palabras del guionista y de un muy mal actor no pueden brindarle fuerza, valor, disciplina a sus hijos. Del Toro además es un bully, que agrede constantemente a sus personajes, ya sea el niño molestado en la escuela por sus padres o los padres ignorados y burlados por básicamente todas las personas disponibles.
Con marcados clichés, porque para Pink todos los homosexuales pueden ser vulgares, afeminados, promiscuos y de paso siempre con dinero, la película cambia de dirección en sus últimos minutos cuando con piano de fondo, un taxista le muestra al personaje principal (Cheng) la palabra de Jesucristo. Milagrosamente y con una noche de leer la biblia, el hombre se cura de homosexualidad y rechaza la feminidad a la que estaba obligado (porque, una vez más en boca de los personajes, un gay es una mujer y una mujer es femenina). Tan peligroso y radical discurso solo es aderezado por un flashback musical (con el peor rock cristiano disponible) donde Del Toro comete su mayor pecado, explicar el origen de esa loca descarriada y desubicada (todo eso impreso en el guión), contradiciendo el mensaje de su película.
El débil y amanerado hombre homosexual que protagoniza la película se convirtió en eso gracias a su papá y mamá, dos personas agresivas que a la menor provocación ponen a su hijo a planchar (claro, porque es gay) e incluso venderlo entre sus amistades (claro, porque es gay). En menos de cien minutos, Del Toro buscaba convencernos a todos del peligro que corre la sociedad actual con el ingreso y aceptación de familias contranatura y en su justificación, el realizador ubica al causante de todo en un ambiente al que defiende, un matrimonio heterosexual de barrio pobre con Jesucristo crucificado en la pared. Así de mal estructurado y sin sentido culmina la historia que ataca a una "sociedad adormecida" en donde las familias que dicta la ley cristiana "serán cosa rara en un futuro".
Si de hacer una crítica se trata, Del Toro debió enfocarse más en el incoherente y aburrido guión en lugar de abocarse a torturar a su protagonista infantil (¿Entonces Paco del Toro es lo que tanto critica?) y a sus personajes principales, ambos terminando con SIDA, una acción que los va a matar. Al parecer la capacidad de razonamiento del director se quedó en los noventa, al igual que sus miedos y su acceso a la información.
Volviendo al poster, en rosa chillón enmarcando el retrato de la nueva familia, la estrategia comercial orquestada por ese círculo de personas cercanas al director intenta vender el filme con el tagline Adopción gay... ¿Acierto o error?. Al final, lo interesante no es ver cuál es la respuesta a esa inquisidora pregunta, depende del punto de vista y todos los recursos que tenga el espectador saldrá el veredicto, sino en que todos deberíamos estar de acuerdo en algo, al menos en lo cinematográfico Pink es definitivamente un error.
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Pink
México, 2016
Dir. Paco del Toro
con Pablo Cheng, Charly López, Roberto Palazuelos, Carlos Meza
Duración: 100 minutos
Distribuye: Armagedon Films
* Palabras del director en entrevista con Radio Fórmula
3 Comentarios
Que sorpresa tan terrible me llevo al leer esta reseña. Siempre asumí que la película sería algo sumamente estereotipado pero nunca pensé que sería un vehículo homofóbico. Gracias Cinépolis por no estrenar la película y a ti por ser de los valientes que fueron a verla.
ResponderEliminarO sea que Jesucristo lo "curó" de la homosexualidad, pero no del SIDA. Vaya milagro.
ResponderEliminarya me queda claro que película no voy a ver. Lo más curioso es que justo al lado me estan anunciando Yo soy Simon XD. Que creeis que diría Del Toro si viese/leyese yo soy Simon?
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